La recesión económica continúa haciendo estragos en la industria ligada al consumo masivo y las suspensiones y despidos comienzan a ser recurrentes en distintos sectores que ya no saben cómo contener a miles de familias que sufren las consecuencias del alto costo de vida, y en muchos casos algo aún peor: la pérdida de trabajo.
Un acuerdo entre las empresas de electrónica de Tierra del Fuego, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y el gobierno provincial encontró -de manera extraordinaria, salteando los convenios del rubro- una supuesta “solución” que el gobierno podría querer replicar en otros sectores de la producción.
El cambio consiste en mejorar el salario de los trabajadores y mantener sin cambios la planta laboral, pero con la posibilidad de dar más flexibilidad a las compañías fueguinas de poder reducir las jornadas laborales o suspender empleados.
La modificación surge de la adenda firmada por los actores políticos y productivos de la isla al Acuerdo de Competitividad firmado en noviembre del 2017, por el cual los trabajadores aceptaban congelar los salarios durante dos años, mientras que las empresas se comprometían a no despedir trabajadores y a mejorar los precios de equipos electrónicos de su producción.
En el 2018 las condiciones de la economía empeoraron. Tras la fuerte devaluación del peso cambiaron las condiciones tanto para los trabajadores como para las empresas y una inflación del 47,6% fue acompañada por salarios que aumentaron 0% en ese sector.
A ello hay que sumarle la fuerte caída de ventas que frenó la producción, agrandó el stock disponible y amplió la capacidad ociosa de esas fábricas. Las ventas de celulares bajaron un 24,5% interanual entre septiembre y noviembre; las de TV, 30%, y las de equipos de aire, 17,2%, según los últimos datos de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica. Si se analiza en forma interanual, el desplome en la producción llegó al 47,7% en celulares, 65,3% en televisores y 1,5% en aires.
Esto provocó que la cantidad de trabajadores en la industria electrónica pasara de 11.324 en 2015 a 9882 en 2016, 8371 en 2017 y que por el acuerdo se mantuviera en 8334 durante el año pasado.
Pero debido a las condiciones Macro, la posibilidad de hacer cambios en el acuerdo comenzó a discutirse en octubre pasado entre las empresas y se retomó este mes con todos los sectores sentados a la mesa.
La adenda durará hasta junio de 2020, la fecha para el cierre del acuerdo original. En ese período, las empresas podrán reducir de forma transitoria la jornada laboral hasta 140 horas por mes (actualmente está en 200) y también se podrán concertar con los empleados períodos de suspensión, las que serían con el pago del 70% del salario en forma no remunerativa.
Lo que el gobierno pretende “mostrar” como un buen acuerdo y sus optimistas expectativas a futuro no son compartidas de igual modo por los ejecutivos de las empresas con base en Tierra del Fuego que no ven grandes mejoras a futuro.