Contra el discurso de libertad de negociación paritaria, Caputo fija un techo a los acuerdos salariales

Con una excusa puramente administrativa, la Secretaría de Trabajo viene llevando adelante lo que sería una línea de acción impuesta por el ministro de Economía Luis Caputo, quien habría recomendado no homologar acuerdos paritarios que se ubiquen por encima de un cierto techo, con el supuesto objetivo de no alimentar las presiones inflacionarias. Según trascendió, este techo habría sido de 19% para enero, 15% para febrero y 12% para marzo.

Aunque desde la cartera que ahora encabeza el integrante de la Unión Industrial Argentina (UIA) y abogado del Grupo Techint Julio Cordero argumentan que las demoras en la homologación de los acuerdos es sólo por una sobrecarga laboral derivada de una dinámica de negociaciones paritarias acelerada en el marco inflacionario (habitualmente los acuerdos se cierran anualmente y ahora muchas paritarias están cerrando acuerdos mensuales o bimestrales), lo cierto es que los motivos parecen ser definitivamente políticos. Y también es evidente que esta intervención tan directa en las negociaciones de partes contradice todos los dogmas liberales defendidos en campaña.

Se oficializó la designación de Cordero, del Grupo Techint, como secretario de Trabajo

El primer indicio de esta tendencia oficial apareció tras la negativa de Trabajo a homologar el acuerdo logrado por Camioneros para cobrar aumentos de 25% en los salarios de febrero y de 20% en los de marzo. La misma tendencia se verificó con acuerdos de gremios de alimentación, textiles, encargados de edificios, plástico, aceiteros, molineros, mineros y pasteleros, entre otros.

En off, funcionarios del sector reconocen que los únicos acuerdos que avanzan son los que se ubican en las pautas fijadas por Caputo, es decir, que no hayan excedido el límite de aumento de 19% para enero, 15% para febrero y 12% para marzo (aunque extraoficialmente algunos medios pueden marcar diferencias de uno o dos puntos hacia arriba o hacia abajo). Esta línea oficial viene empujando a algunos gremios a ni siquiera llevar los acuerdos a ser ratificados por la cartera laboral, prefiriendo garantizar su cumplimiento en negociaciones directas con las respectivas patronales.