Los índices de aumentos de precios siguen siendo liderados por los incrementos en los alimentos. Los datos que ya se anticipan de los datos oficiales del INDEC no son nada optimistas en el mes de mayo –que se conocerá mañana martes- y mucho menos con junio que arrancó con fuertes incrementos en las góndolas.
En ese contexto, debe darse un nuevo acuerdo –renovación- de precios cuidados, uno de los programas más viejos y exitosos de la secretaría de Comercio que se arrastra desde el Gobierno de Cristina Kirchner.
Con la inflación global, producto de la guerra Rusia-Ucrania, más las variables macroeconómicas locales, no sólo se pone en juego el precio, sino la ecuación precio abastecimiento, algo que deberá negociar el flamante secretario del organismo, Federico Hang, desde la que trascendió que se aceptarán subas en los productos relanzados el 7 de julio próximo para asegurarse cantidad en góndola.
Para ello es necesario el compromiso de empresas alimenticias y supermercadistas, luego de los chispazos generados por las declaraciones de Federico Braun y la condena de Cristina y Alberto Fernández por esa reconocida “remarcación” de precios.
La responsabilidad en la formación de precios es algo que se viene discutiendo desde hace meses sin que “se pueda poner el cascabel al gato”. Lo cierto es que la inestabilidad política y la fractura al interior de la coalición de gobierno no colabora con los indicadores y las variables económicas que en conjunto han llevado los datos de inflación a lo que conocemos hoy.
El desafío es grande ya que es necesario evitar que la convalidación de mayores porcentajes de incremento en Precios Cuidados, en un contexto de muy elevada inercia, no termina por contribuir a recalentar la inflación. Por eso, a pocos días de la renovación de julio, Hang analiza reducir el tamaño de la canasta de Precios Cuidados compuesta por más de 1300 artículos.
Todas negociaciones que en ningún caso favorecen demasiado al consumidor: si quiere encontrar el producto en el mercado deberá pagarlo más.