Al regreso de USA, Alberto Fernández vuelve a seguir la «batalla» contra la inflación que se conocerá el martes

Más allá de la polémica que generó la participación política del presidente en la cumbre de las Américas, la verdadera preocupación de Fernández estuvo y está en los nuevos datos de inflación que el INDEC informará este martes, que además se conocerá en medio de un contexto de desplome de bonos, suba del riesgo país, falta de dólares y combustible.

El fin de semana ya tuvo Fernández expresiones donde reconoció que  “nosotros esperábamos en esta época que esto fuera a pasar”, y todavía mantienen la esperanza de que “esto se vaya ordenando”, una suba de precios que por éstos días tuvo la cara de Federico Braun –un supermercadista- en tapa, después de sus desafortunadas declaraciones donde afirmara con “gracia” que la respuesta a la inflación es “remarcar precios todos los días”.

Así se combinan dos puntas claves para una economía ordenada: la crisis inflacionaria y la crisis energética, socavada con las denuncias cruzadas respecto a la licitación del gasoducto Néstor Kirchner, la obra pública de mayor envergadura presupuestada, que hoy está siendo investigada por la Justicia, sin poder avanzar para suplir las faltantes de gas en el país y en el mundo.

En cuanto a los aumentos, Argentina lleva acumulado, desde que arrancó el año, un 23,1%. Fue de 6,7% en marzo,  6% de abril y se espera una cifra cercana al 5% en mayo, número que sigue siendo muy elevado, ya que el aumento de los alimentos en los primeros días de mes terminen generando presión sobre ese indicador y lo volverán a hacer sobre el de junio.

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A ello se suma que la semana hubo un desplome de los bonos en pesos atados a la inflación y un aumento del riesgo país que rompió el techo de los 2000 puntos, llegando al 2.044, por primera vez desde que se reestructuró la deuda con el FMI.

La expectativa local tendrá una sola variante que tampoco hará mover demasiado el amperímetro pero por lo menos generará algo de dinamismo en la agenda: el desembarco de Daniel Scioli en el Ministerio de Producción, que jurará a mitad de semana, quien llega con el mandato de “hiperactividad de gestión en la agenda”, una gestión frenada por la crisis política interna desatada en el FDT hace algunos meses, que no ha podido destrabarse.