Ataque oficial contra lo «público»: impacto en universidades, hospitales, medios y organismos nacionales

El plan de reducción del déficit que lleva adelante el Gobierno de Javier Miliei para cumplir con los mandatos del Fondo Monetario Internacional (FMI) no sólo se basa en un gravísimo recorte al poder adquisitivo de jubilados y pensionados sino también en una importante reducción de la planilla de trabajadores estatales y en el congelamiento absoluto de partidas para múltiples organismos del Estado, incluyendo a universidades nacionales, el Sistema de medios públicos, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y el sistema de salud, entre muchos otros.

Los recortes de personal y los cierres efectivos o amenazas de cierre ya se produjeron en varios organismos, entre ellos la Agencia Nacional de Noticias Télam (cuyos más de 400 trabajadores fueron “licenciados” mientras se define qué hacer con el organismo, cuyas redes y archivos fueron eliminados del acceso público); el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), cuyos trabajadores permanecen en suspenso a la espera de relocalización tras el anuncio de cierre; la clausura definitiva de los 59 Centros de Referencia (CDR) dependientes del Ministerio de Capital Humano a nivel nacional; la finalización del Instituto de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena y el Consejo Nacional de Agricultura Familiar y el cierre de numerosas sedes de atención de Anses, entidad de las fueron despedidas más de 1200 trabajadores. En todas estas entidades los trabajadores cesanteados o con amenaza de serlo se están organizando para reclamar la reincorporación.

A horas del paro de estatales, el Gobierno convocó a mesa paritaria del sector

En ese marco de ajustes, recortes y despidos, las universidades nacionales denuncian que el congelamiento de sus partidas presupuestarias (que para 2024 repitió el monto de 2023, con más de 250% de inflación interanual) permitiría sólo sostener el funcionamiento de las instituciones sólo hasta el mes de junio de este año. En ese marco, la Universidad de Buenos Aires (UBA) ya inició una acción contra el congelamiento presupuestario, convocando a firmar masivamente un petitorio para rechazar el ajuste. Con el lema “Cuidemos lo que funciona. #SomosUBA”, la universidad denunció la difícil situación económica que atraviesa, lo que afecta la normalidad de la cursada y genera condiciones críticas para docentes, no docentes y alumnos. Los docentes universitarios de los distintos gremios también impulsaron asambleas, paros y medidas de fuerza de distinto tipo en las últimas semanas.

Los recortes presupuestarios también se sienten con fuerza en el sistema sanitario, algo especialmente grave en el marco de la epidemia de dengue que hoy azota al país. Esto también implica dificultades para sostener las guardias básicas en la mayoría de los hospitales públicos del país, además de una importante carencia de especialistas que ante el déficit presupuestario público eligen pasar al sector privado, lo que impacta también en la entrega de turnos a varios meses e incluso a más de un año en algunos casos. En ese contexto, se registran medidas de fuerza de los profesionales de la salud en distintas provincias del país.

Trabajadores del sistema de medios públicos denuncian también el vaciamiento en la TV Pública, que se expresa en el levantamiento de casi toda la programación en vivo del canal (incluso de programas como Cocineros argentinos que generaba importantes ingresos para el medio), la eliminación de noticieros durante fines de semana y feriados y una serie de gravísimas medidas de censura a contenidos noticiosos cuestionados por el Gobierno nacional (al respecto, desde el Sindicato de Prensa de Buenos Aires afirmaron “que nunca en nuestra historia vivimos los niveles de censura como en esta etapa”). Trabajadores del canal denuncian que el objetivo oficial pasa por vaciar el canal para luego avanzar en un proceso de privatización. Lo mismo sucede con Radio Nacional, donde este martes se confirmó que las emisoras en las provincias transmitirán la señal de Buenos Aires, que sólo consistirá en listas de temas musicales sin programación alguna en vivo.