APTA denunció que la política de Cielos Abiertos de Milei constituye un «Aerolinicidio»

Desde la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) denunciaron que el Gobierno de Javier Milei pretende llevar adelante un «Aerolinicidio». Según explicaron desde el gremio, la política de Cielos Abiertos que está ejecutado el oficialismo «con el aval por indiferencia de toda la oposición», tiene como finalidad la desaparición de Aerolíneas Argentinas.

Desde el gremio encabezado por Ricardo Cirielli cuestionaron los acuerdos de Cielos Abiertos firmados con Chile, Ecuador y Perú, que «les otorgan todas las libertades del aire», lo que «equivale a una desregulación y a una apertura indiscriminada de importaciones, sobre un sector productivo nacional: nuestro mercado aerocomercial».

APTA confirmó que el paro nacional se hará en todas las líneas áreas “para frenar el vaciamiento del país”.

Considerando que la combinación de aeronaves chilena (entre Latam, Jet Smart y Sky) cuadriplica la de Aerolíneas esto implica una clara «competencia desigual», contra empresas que «pueden aplicar tarifas más bajas e imponer una posición dominante en nuestro mercado aéreo». Las aéreas chilenas «podrán volar hacia nuestro país sin ningún límite en cantidad de vuelos y sin reciprocidad», así como hacer vuelos de cabotaje en nuestro territorio con aviones de matrícula chilena y tripulaciones de ese país, por lo que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) «pierde capacidad de control».

En el esquema de Cielos Abiertos, las aerolíneas extranjeras «pagan sus impuestos fuera de Argentina; utilizan también técnicos de otros países, dado que sus Áreas Técnicas están también afuera y podrán explotar nuestra carga aérea nacional e internacional». Además, «no volarán a los destinos aéreos argentinos sin rentabilidad, a menos que se le otorguen subsidios». Así, se está «entregando nuestra soberanía, mercado y negocio aerocomercial a países y empresas extranjeras».

En este sentido, desde APTA remarcaron que «ningún país desarrollado, capitalista y occidental, permite la destrucción de su industria aerocomercial de pasajeros y carga, como lo está haciendo el gobierno de Milei». Y agregaron: «Nadie votó a Milei para que hiciera desaparecer a las universidades públicas, entes culturales y organismos científicos. Tampoco a Aerolíneas Argentinas y menos aún el 44% de la población que no lo votó».

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El gremio recordó que el año con mayores pérdidas de Aerolíneas desde su reestatización fue en 2019 (durante la gestión de Cambiemos), «cuando el rojo operativo equivalió a $474.766 millones a valores de 2023, considerando el efecto de la inflación» y remarcó que el balance de 2022, aprobado por la AGN y la consultora internacional KPMG, sin salvedades, «arrojó un déficit de USD 246 millones». Para fines de 2023, los estados contables de medio término «arrojaron un déficit de 48 millones de dólares» y se proyectaba un «superávit anual».

Luego detallan, dando cuenta del fortalecimiento operativo de la empresa: «En 2022, Aerolíneas transportó 11,6millones de pasajeros. En 2023 superó los 14 millones de pasajeros. En 2023, Aerolíneas operó 52 rutas federales y 39 destinos de cabotaje, exclusivamente 42 rutas federales y 21 destinos de cabotaje, además de 21 destinos internacionales».

Desde APTA recordaron que Aerolíneas emplea directamente a 11.600 personas y genera más de 100.000 puestos de trabajo indirectos y, luego de destacar el aporte que realiza a las arcas nacionales por distintas vías, afirmaron: «Si Aerolíneas no existiera, habría que crearla. Que desaparezca sería un crimen contra los intereses nacionales, similar a la eliminación de los ferrocarriles, que dejó desconectadas grandes regiones productivas y extinguió numerosos pueblos».

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«Si el Estado cierra Aerolíneas, directa o indirectamente, o la entrega nuevamente a una empresa extranjera para que lo haga, las aéreas privadas no irán donde no es rentable o pedirán igual o más subsidios para hacerlo. Flybondi y Jet Smart, recibieron ingentes subsidios provinciales y municipales desde sus comienzos», señalaron.

Luego denunciaron que el «plan de desguace» se completaría con proyectos que trascendieron «para vender instalaciones y áreas de producción: el Hangar 5, el más moderno y grande de Sudamérica; los simuladores de vuelo y el centro de capacitación».

Después de afirmar que «sin dudas» Aerolíneas «debe alcanzar el punto de equilibrio en sus cuentas», denunciaron el «persistente pensamiento económico local para el cual el único capitalismo bueno es el extranjero», una posición que apunta a «nuestro industricidio, desnacionalización y concentración económica extranjera». Y concluyeron: «Necesitamos preservar nuestras empresas y desarrollarnos con innovación tecnológica y una fuerte reindustrialización. Argentina no sería mejor sin Aerolíneas; repetiríamos nuestra funesta historia. El país necesita una Aerolíneas Argentinas más fuerte y con sus finanzas equilibradas. Es también lo que nuestra sociedad quiere, no que desaparezca».