El presidente en búsqueda de escenarios que le sean favorables, encontró en el gremio de los trabajadores mecánicos de SMATA, una oportunidad para dar un buen dato de reactivación. Allí reinvindicó su apuesta al modelo productivo nacional, algo que los gremios industriales le vienen reclamado con fuerza.
Así lo había considerado la Confederación de Sindicatos Industriales a través de una expresión pública, donde manifestaron que este momento de la historia podría ser visto como una «oportunidad» y el gran “desafío” para expandir la economía es a través de la producción y el empleo genuino.
En este contexto, los gremios del sector se pusieron “al servicio” para “luchar y aportar por un modelo industrial cuyo dispositivo tiene que estar conducido por el Estado Nacional”. También advirtieron sobre la «necesidad de ir en este sendero debido a las complejidades de un mundo asediado por la pandemia, las guerras bélicas y comerciales donde se disputan intereses de las potencias globales”, por lo que se hace fundamental “desendeudarse” para “poder trabajar, producir, generar empleo y así resolver el tema de la pobreza, el desempleo, la inflación y el deterioro del salario».
En síntesis, el título que dejaron en su momento, y en el cual insisten es: “apoyamos el acuerdo con el FMI en tanto la industria sea el motor del desarrollo”.
En medio, se entrometen las negociaciones paritarias entre empresas y trabajadores en 2022. Para poder “encastrar” un acuerdo de precios y salarios sostenible en el tiempo “resulta imprescindible construir un sendero de estabilidad macroeconómica, previsibilidad, sustentabilidad donde la industria sea el nervio motor”, manifestaron. Hoy con cierres paritarios de alrededor del 60%, los salarios siguen corriendo detrás de la inflación.
En el 77° aniversario de SMATA, el mandatario se hizo eco de la cuestión y enfatizó en la creación de 70 mil empleos en el sector en los últimos dos años, al mismo tiempo denostó al macrismo en cuestiones de empleo y cierre de empresas.