La histórica fábrica de heladeras Briket de Rosario, ante la abrupta caída de la demanda, un 50% aproximadamente, tuvo que eliminar un turno de trabajo en pleno febrero, un mes que siempre mostró mucha actividad. Por si fuera poco, las altas tasas de interés generan un problema para la financiación en cuotas y para tomar un préstamo con el objetivo de renovar infraestructura, por ejemplo.
Esta situación la gráfica Roberto Lenzi, dueño de Briket y presidente de la Cámara Argentina de la Industria de la Refrigeración y Aire Acondicionado (Cairaa), quien afirma que ni en 2001 padeció algo semejante. «Nunca antes lo tuve que hacer, ni en el 2001. Es una medida inédita en un escenario inédito por el combo de recesión, alta inflación, costos por las nubes y altas tasas de interés», explicó.
«Vivimos de un capital de trabajo financiado por los bancos. La cadena productiva termina con cobros a 120 o 150 días. Ese diferencial se financia con créditos. Desde hace meses estamos perdiendo plata para poder mover la empresa. Son muchos meses de altas que han llegado al 90%. Han bajado un poco, es cierto, pero siguen siendo altísimas para producir», añadió.
Lenzi a su vez reclama «tasas más normales» -del 15% o del 20%- pero no tiene tampoco demasiada esperanza al respecto. «No vemos que esto vaya a ocurrir. Lo vemos lejano. En este contexto, están paralizados completamente los créditos para maquinarias, para mejor infraestructura. Se piensa en la subsistencia», afirmó. «No sabemos cuánto tiempo vamos a aguantar», concluyó el empresario.