Según un reciente informe de la consultora Radar, la cantidad de empresas se redujo en un 3,4% durante la gestión de Mauricio Macri, lo que equivale a una baja de 19.131 empleadores en cuatro años.
En junio de 2015 existían 564.324 empresas registradas, mientras que en que había en junio de 2015 contra las 545.193 de junio de este año. Sólo en el último año, el porcentaje de empresas se redujo un 2,7%, lo que implica la mayor crisis empresarial desde el 2001/2002. Y el reporte añade que “todo indica que esta dinámica se mantendrá en lo que resta del año, dado que los sectores más empresa intensivos como el comercio tienen malas perspectivas”.
Según la investigación de la consultora dirigida por la ex secretaria de Comercio Exterior Paula Español, la mayor destrucción de emprendimientos se produjo en el sector Comercio, donde se registran 5.405 establecimientos menos, seguido por transporte y almacenamiento (-5.290), la industria (-4.074) e incluso el sector agrícola (-3.568 empresas), pese a los discursos oficiales a favor del campo. En el caso del sector agrícola, fue decisiva la crisis de las distintas economías regionales.
Los sectores donde se crearon empresas pertenecen al área de servicios, especialmente los servicios Personales (que sumaron 1.226) y los de Salud y Sociales (896). El documento de Radar destaca que los servicios personales por lo general “agrupan a empresas pequeñas vinculadas a emprendimientos personales, que suelen estar en el límite de la informalidad”. Y añade: “Por ende, responde a un fenómeno que también explica el aumento del cuentapropismo que se observa en los datos de empleo y la EPH del INDEC”.
En cuanto a la crisis del comercio, el estudio señala como causas “la fuerte caída del poder adquisitivo, y el mayor peso de otro tipo de consumos como los servicios por el incremento de las tarifas pagadas por los hogares”. Y concluye. “Al ser un sector con fuerte preponderancia de pequeñas empresas, la caída de la actividad comercial implica el cierre de un gran número de empresas en términos absolutos”.
Esta destrucción de empleadores confirma que el argumento oficial acerca de la reconversión empresarial de los sectores menos competitivos hacia otros no tiene basamento en la realidad. Las empresas que no pudieron superar la crisis directamente bajaron sus persianas.