Según un reciente informe del Centro de Economía Política de Argentina (CEPA), la tasa de desocupación de las mujeres fue de 9% en el tercer trimestre del 2021, la más baja de los últimos cinco años, pero aumentó proporcionalmente su informalidad laboral. La brecha salarial entre lo que perciben hombres y mujeres tampoco se modificó substancialmente.
El informe “El 8M en perspectiva económica: a dos años de pandemia y con la igualdad como meta” analizó una serie de indicadores que dan cuenta de desigualdades estructurales para hombres y mujeres en el mercado de trabajo.
La tasa de desocupación femenina del 9% en el tercer trimestre del 2021, logró romper con los previos dos dígitos registrados en los tres años previos (con 2020 como el punto más alto), ubicándose como la cifra más baja en cinco años. El descenso en la desocupación en mujeres fue mayor que la de los varones (retroceso de 1,9% contra 1,2%), pero en líneas generales se mantienen las diferencias ya que la desocupación para hombres fue de 7,7.
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Desde CEPA explicaron luego: “En materia de informalidad, la salida de la doble crisis generada por las condiciones macroeconómicas que dejó el gobierno anterior y la pandemia del Covid-19, implicó recuperación del empleo registrado y también del trabajo informal de forma heterogénea según género”.
Para los hombres, la tasa de informalidad se recortó en relación con niveles prepandemia (30,6% en el tercer trimestre de 2021 contra 34,2% en el mismo periodo de 2019). Para las mujeres, este indicador repitió la cifra de 2019, con un 36% de informalidad. Además, para este sector se profundizó el diferencial con los varones, pasando de 1,8 a 5,4 puntos.
En cuanto a la brecha de ingresos, las cifras se mantuvieron en niveles similares a los del 2019 ya que los varones percibieron en promedio un 25% más que las mujeres (considerando el mercado formal e informal). La brecha se profundiza a 28,4% al considerar el ingreso personal (ingresos laborales y no laborales como pensiones, jubilaciones, cuotas alimentarias, entre otros). En el sector asalariado, la brecha alcanzó el mayor nivel de los últimos 5 años, con trabajadores hombres recibiendo en promedio un 38,2% más de ingresos que las mujeres.
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El informe añade que tanto el impuesto a los Bienes Personales como el Aporte Extraordinario de las Grandes Fortunas evidenciaron una “masculinización de la riqueza” en Argentina. En el primer caso, aportaron 167.870 mujeres en 2019 (la mitad que los hombres), lo que implica del total de aportantes, 67,5% a los varones y 32,5% mujeres. La brecha aumenta aún más si no se analiza la cantidad de aportantes sino el valor de los bienes declarados, con un 71,8% para varones y un 28,2% para mujeres.
En el impuesto a las ganancias se reflejan números similares, ya que sobre el total gravado sólo un 29,6% del total pertenecía a mujeres. La diferencia se profundiza al analizar el impuesto sobre las grandes fortunas, donde el 74% de los 10 mil aportantes fueron hombres, sumando el 76% del valor total recaudado.