Según trascendió desde los mismos despachos de la Rosada, el gobierno nacional habría decidido prolongar el aislamiento social obligatorio, hasta un mes más, aunque su anuncio tal vez sea quincenal, de acuerdo a la evaluación que se haga al final de cada etapa.
La preocupación primaria es del mismo Gobierno que se pregunta cómo asistirá durante tantos tiempo a los sectores que quedarán desvalidos frente a los efectos económicos devastadores del Coronavirus.
Hasta el momento, la India uno de los países que no está en la primera plana de los contagios es la que dictó una cuarentena más larga: tres semanas. Sí es un hecho que, Alberto Fernández extenderá el aislamiento social obligatorio antes del lunes, que priorizará la salud a la economía y que pidió al G20 asistencia global en la emergencia.
Confesado por su propio hijo, el desvelo del presidente -que duerme 1 o 2 horas al día- es la salud de los argentinos y el ambiente en el Gobierno nacional es de extrema preocupación, aunque hay consenso en decretar una cuarentena obligatoria hasta el 30 de abril -aunque se anuncie en dos veces-.
“Las clases no me preocupan”, manifestó el presidente en un reportaje por la TV pública, “recibirse un año antes o un año después no cambia la vida de las personas”, lo que sí lo preocupa tremendamente al presidente es una ola de infectados que haga saturar el sistema sanitario ya debilitado desde hace años y se produzcan miles de muertes.
También preocupa la falta de cumplimiento del aislamiento social. Por eso se ordenó extremar el operativo cerrojo para controlar el tránsito vehicular, incluída con confiscación de automóviles, y la detención de todos aquellos que violen el aislamiento social obligatorio. El comité de epidemiólogos que asesora al Presidente estima que la curva de contagios recién empieza a despegar y que mayo será el mes crítico en esta batalla contra el virus. Por el mismo motivo se cerraron también las fronteras del país, en principio hasta el 31 de marzo.
La otra inmensa preocupación son los efectos económicos que genera la pandemia. Millones de argentinos en la informalidad ya sufren la falta de trabajo y changas. Las PyMEs, los comerciantes sin abrir sus puertas temen un pronto colapso si no encuentran rápida asistencia. Y el hambre subyacente en los grandes barrios del conurbano bonaerense alertan al rojo la situación de fragilidad en la que el virus pueda encontrarnos en ese territorio estrecho que aloja a 12 millones de personas, sumado a que el cumplimiento de la cuarentena en esa franja, es inviable en esas condiciones.