En la misa de Luján hace algunos meses, ya la Iglesia pidió cambiar el modelo económico y fue cuando se desencadenó un torbellino en el que el nombre de Francisco y sus influencias se pelotearon sin fin.
El arzobispo de Mercedes – Agustín Radrizzani, hizo propia su ríspida “homilía” en ese momento «despegando» al líder espiritual del mundo. Pero este jueves, en la Conferencia Episcopal -a cargo de los hombres del papa Francisco en el país- se firmará un nuevo documento que reavivará el pedido de un cambio “urgente” en el plan de gobierno. Un pedido que será igual de duro. O más.
Para preocupación del gobierno, la UIA se sumaría a este «durísimo documento» con críticas al modelo fabril llevado adelante por el gobierno y aportaría al texto más de 30 propuestas fiscales y financieras para alentar la producción y el empleo que presentan los peores índices desde hace 12 años.
Este documento, titulado “Una Patria fundada en la solidaridad y el trabajo” que enumera reclamos y sugerencias acordados por todos los sectores, se firmará en la sede de la Conferencia Episcopal, en el centro porteño y tendrá el consenso de la Iglesia, la CGT y otros espacios sindicales, los movimientos sociales, y llamativamente tendrá también la “apostilla” de la UIA, completamente disgustada por comenzar el cuarto y último año de gestión de Macri con todos los indicadores en rojo y la preocupación por la pérdida de miles y miles de puestos de trabajo.
Los obispos Oscar Ojea y Jorge Lugones, presidentes de la Conferencia Episcopal y la Pastoral Social de la Iglesia católica, respectivamente, encausaron el texto que acompañan el presidente de la UIA, Miguel Acevedo, los sindicalistas de la CGT, los Cayetanos -que conforman Barrios de Pie, la CTEP y la Corriente Clasista y Combativa-, también la CTA de Hugo Yasky, y todos los grupos y organizaciones de la economía popular, incluidas las PyMEs y las cooperativas de trabajo.
Los puntos más salientes respecto a pensar un “nuevo modelo de Nación” rondan alrededor de revertir los índices de pobreza, el aumento de la desocupación y la informalidad. La falta de techo, tierra y trabajo. De generar nuevas políticas que permitan el desahogo de la industria nacional, especialmente de las PyMes y el comercio. Que alienten el consumo interno, frenen la pérdida de poder adquisitivo, y que desestimen la especulación financiera en pos de la producción y el trabajo.
Los puntos que aportaron los movimientos sociales con aval de la Iglesia también fueron de relevancia y apuntan en primer lugar a esclarecer la muerte de nueve presos en el incendio de una comisaría de Esteban Echeverría y el asesinato de un militante de la CTEP de La Matanza durante una toma de tierras. También a sancionar la “ley de emergencia alimentaria” a promover la agricultura familiar” a facilitar el acceso a la salud por parte de toda la población y a “atender la problemática de los jubilados.