Los trabajadores de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) nucleados en ATE cortaron desde las 7, la Ruta Nacional 22 a la altura del puente Carancho en Senillosa, Neuquén. El motivo es el reclamo del pago de los sueldos adeudados y de una solución para la planta que permanece sin producción.
La interrupción de la ruta será total, aunque la Policía va a estar reconduciendo el tránsito ya que en la zona hay caminos alternativos. Según adelantaron desde la PIAP, será por tiempo indeterminado, hasta tanto se les garantice la continuidad laboral y se les paguen los haberes atrasados.
Ante la falta de compradores de agua pesada, la situación de la PIAP depende de que Nación consiga un inversor interesado en anexar una planta de fertilizantes porque, afirmaron, el gobierno no está en condiciones de destinar los fondos necesarios. Sin embargo, a los trabajadores también les preocupa esta opción porque la obra demandaría unos cuatro años.
Desde el 2017 la planta dejó de producir y se sostiene vendiendo el agua pesada en stock, lo que para los operarios sólo significa estirar la agonía.
Pablo Sosa, delegado de ATE, explicó que “esperan el pago del salario de mayo, del que no les dieron ninguna fecha probable” y agregó “además tuvimos la mala noticia de que a algunos jefes sí les pagaron y con aumento. Fue a dedo, sólo a algunos”, aseguró el delegado.
Los trabajadores hicieron este lunes una toma pacífica del sector de administración de la planta para repudiar la tardanza en el cobro.
En ese sentido, Sosa explicó que, aunque no están produciendo, los empleados realizan trabajos de conservación de equipos y mantenimiento, lo que significa que el pago del salario debería ser normal.
La PIAP (Planta Industria de Agua Pesada) es la más grande del mundo para la producción de agua pesada, un elemento indispensable para moderar y refrigerar el funcionamiento de los reactores nucleares. Tiene una capacidad de producción de 200 toneladas por año y elabora «agua pesada grado reactor» con el más alto nivel de pureza.
La Empresa es en la actualidad una de las pocas proveedoras de agua pesada en el mercado internacional, y cuenta con la planta de mayor capacidad de producción en el mundo.
Cuenta con más de 100 trabajadores calificados entre profesionales y técnicos de distintas especialidades y la generación de servicios indirectos entre contratistas, talleres, transportes y comercios.
La planta estuvo paralizada desde septiembre de 2000, cuando fue cerrada por un decreto del presidente Fernando de la Rúa hasta agosto de 2004, cuando por decisión del presidente Néstor Kirchner comenzó nuevamente a producir para satisfacer las necesidades del reactor que INVAP instaló en Australia. Durante este período de tiempo, el personal de la planta se había dedicado al mantenimiento de la misma.