La brusca caída a nivel nacional de las ventas del sector electrónico y electrodoméstico llevó a que en la isla de Tierra del Fuego se firme un nuevo acuerdo entre las empresas y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) que habilita a las empresas a modificar unilateralmente la jornada laboral o suspender a parte de sus plantillas.
El acuerdo (una adenda firmada esta semana al Acuerdo de Competitividad de diciembre de 2017, que está vigente hasta 2020) permite mejoras salariales para los trabajadores, aunque por debajo de la inflación estimada, y veta los despidos. Aunque habilita numerosas posibilidades de flexibilización laboral, que podrían intentar trasladarse a otros gremios.
A fines de 2017, tras la amenaza nacional de una reforma tributaria que elimine las ventajas impositivas locales, los trabajadores del rubro electrónico de la isla aceptaron el congelamiento de salario por dos años a cambio de que no se apliquen despidos. Pero la corrida cambiaria, la inflación de casi 50% y la violenta depresión del consumo de 2018 volvieron a cambiar las condiciones productivas, por lo que ahora se resolvió firmar una adenda al convenio original.
Federico Hellmeyer, director ejecutivo de Afarte, explicó: “Llegamos a esta renegociación por las circunstancias extraordinarias de inflación y caída de consumo, pero con la convicción de que había que sostener el acuerdo para mantener los puestos de trabajo y los logros en materia de competitividad”.
Con el nuevo acuerdo, las empresas podrán reducir de forma transitoria la jornada laboral hasta 140 horas por mes (actualmente son 200) y podrá concertar con los trabajadores distintos períodos de suspensión, con el pago del 70% del salario en forma no remunerativa. Los empleados, en tanto, recibirán un aumento de 24% hasta mediados de 2020, que no reconoce lo perdido en 2018 y de hecho hasta se ubica por debajo de la inflación de 30% pronosticada para este año.