Tensiones en el oficialismo por los “márgenes de ganancia” de las empresas

Poco después de que este miércoles el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) informara los nuevos índices de pobreza e indigencia, con un aumento de esta última, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner difundió desde sus redes sociales una serie de planteos, reclamando políticas de intervención “más precisas y efectivas” en cuanto al control hacia las empresas y cuestionando los “márgenes de ganancia”, especialmente de las alimenticias. Esto generó una respuesta muy crítica del secretario de Programación Económica Gabriel Rubinstein, que justificó los desequilibrios.

La vicepresidenta reconoció en su hilo de tuits que “el ministerio de Economía ha trabajado duro en todas las áreas de su competencia”, pero planteó que “es necesaria una política de intervención más precisa y efectiva en el sector y, al mismo tiempo, diseñar un instrumento que refuerce la seguridad alimentaria en materia de indigencia”. Luego añadió: “Está más que claro que estamos ante un fenómeno de inflación por oferta y no por demanda. Las empresas alimentarias han aumentado muy fuerte sus márgenes de rentabilidad”. Y concluyó: “El Indec publica hoy datos sobre el descenso de la pobreza del 37,3% al 36,5% en el primer semestre del 2022. Sin embargo, en el mismo período la indigencia aumentó del 8,2% al 8,8%, esto evidencia el impacto del fuerte aumento en los precios de los alimentos”.

Según el Indec, en el primer semestre bajó la pobreza pero aumentó la indigencia

El cuestionamiento no fue desoído en la cartera económica, y durante la mañana de este jueves Rubinstein intentó refutar los cuestionamientos, aunque sin mencionar explícitamente a la vicepresidenta. El funcionario afirmó que las empresas no tienen “la culpa” de los desequilibrios económicos del país y anticipó que los márgenes empresariales seguirán “más altos que los normales” si no se estabiliza la macroeconomía.

El economista designado hace pocas semanas como su segundo por el titular de Hacienda Sergio Massa, afirmó: “La culpa del desorden cambiario, las altísimas brechas, la obligación a financiarse a 180 días para importar, cupos, etc., etc., no la tienen las empresas. Aunque haya abusos normativos y corrupción. Es nuestra responsabilidad (gobierno) que todo esto mejore. En eso estamos”. Luego planteó que para corregir esos problemas habría que volver “lo antes posible” a “la macro del 2003-2005: superávit primario del 3% del PIB. Por ende superavit externo (cta cte del 2% PIB). Dólar único. Inflación del 5% anual (sin controles de precios). Tasa Lebac (Leliq) 6% anual. u$s 40,000 millones de Reservas Netas”.

En ese sentido, sostuvo que es el “exceso de demanda agregada” la que provoca el déficit fiscal, lo que “seguirá impulsando una alta inflación”. “Actuando sobre la inercia, y sobre márgenes (bajando brecha cambiaria, acuerdos y otras acciones), podremos bajar el IPC del 90% al 60%. Sólo un primer paso. Hasta que no logremos la unificación cambiaria, habrá cierto desorden y márgenes empresariales más altos que los normales. Pero unificar el mercado de cambios, sin robusto Superávit Fiscal Primario, y casi sin Reservas, luce demasiado riesgoso. El norte (3 años?) debería ser ese”, subrayó. Para concluir, planteó que si el Congreso nacional “mejorase el Presupuesto, eliminando el déficit fiscal primario”, le brindaría al Gobierno nacional “una gran herramienta para podamos volver a obtener una inflación normal, del orden 10% anual, en menos tiempo de lo que casi todos creen”.

El día anterior, Rubinstein acompañó a Massa en la presentación del proyecto de Presupuesto 2023 en el Congreso nacional, instancia en la que también se manifestaron tensiones con la vicepresidenta. El miércoles Cristina Kirchner se comunicó por lo menos dos veces con el ministro Massa, ´para reclamar que su cartera se involucre más en la regulación de precios de los alimentos (lo que fuera uno de los ejes del desplazado titular de la Secretaría de Comercio Interior Roberto Feletti, de clara sintonía con el kirchnerismo). Es que el tema del imparable aumento de los precios aparece como una de las demandas sociales más sentidas en este contexto, además de sumar constantes presiones que se traducen no sólo en reclamos de las organizaciones sociales, como el acampe que hace varios días se instaló frente a la cartera de Desarrollo Social, sino también de los gremios, que exigen constantes actualizaciones paritarias.