Sorpresa por la reubicación de la COB, que le soltó la mano a Morales y fue clave para su renuncia

El golpe de Estado que provocó la renuncia del presidente Evo Morales en Bolivia tuvo un capítulo curioso con el pedido de renuncia de la propia Central Obrera Boliviana (COB), que pese a una afinidad no exenta de conflictos con el gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) le sugirió que “asuma la responsabilidad de renunciar para pacificar el país”.

El anuncio fue realizado este domingo por el secretario de la COB, Juan Carlos Huarachi, en el marco de una conferencia de prensa difundida por Twitter, poco antes de que Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera confirmaran su decisión de renunciar. La decisión de soltarle la mano al primer presidente indígena del país en el marco de una ofensiva golpista por parte de la histórica central obrera nacida de la revolución de 1952, llamó la atención a propios y ajenos, especialmente porque pocos días atrás, Huarachi había estado convocando a la ciudadanía a defender el gobierno de Evo Morales contra la ofensiva violenta de sectores de la derecha boliviana que pedían su renuncia.

Organizaciones Sociales y políticas marchan en Argentina en repudio al golpe de Estado en Bolivia

En el cabildo “Por la democracia”, que había determinado una vigilia permanente en defensa del líder del MAS, Huarachi había sostenido el jueves de la semana pasada: “El símbolo de lucha es El Alto; hoy tenemos una nueva responsabilidad, no podemos estar mirando mientras hay muertos en Cochabamba y Santa Cruz, humillando a la mujer de pollera, haciendo arrodillar a una mujer gremial, ¿qué está pasando compañeros?”.

Luego el dirigente minero y actual cabeza de la COB había anticipado que si “el Alto, si despierta, va a hacer respetar la democracia”. “Alteños y mineros somos una dinamita y vamos hacer respetar la democracia y el proceso. Ahora más que nunca nos necesita el país, nos necesita el pueblo boliviano”, añadió.

Sin embargo, en pocos días, el líder de la COB cambió de posición y se sumó a las voces que pedían la renuncia de Morales. Si bien la historia de la poderosa central obrera boliviana y el gobierno de Evo no está exenta de conflictos (desde las disputas de los cooperativistas mineros, los fuertes reclamos salariales de 2012 o los paros generales de 2016 contra los despidos por el cierre de textil estatal Enatex), este cambio de posición llamó poderosamente la atención de los analistas.

“Nosotros llamamos, si seguramente es una acción y una medida para que el pueblo se pacifique, compañero presidente le llamamos a la reflexión de que pueda asumir esta responsabilidad. Si hay la necesidad de renunciar, por pacificar al pueblo, lo hacemos, lo decimos desde la Central Obrera Boliviana para pacifica al país”, manifestó Huarachi, quien también venía recibiendo fuertes presiones de algunas asociaciones sindicales locales. El día anterior, el Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros de San Cristóbal había resuelto «desconocer» a Huarachi como Secretario General, acusándolo de «prostituir» a la COB, «vendiéndola por unas monedas» al Gobierno.

El pedido de la COB por la renuncia también se da después de la convocatoria que hizo Evo a nuevas elecciones, acompañadas de la renovación de autoridades del Supremo Tribunal Electoral, lo que no fue suficiente para apaciguar los reclamos opositores. La definición de Huarachi, que dejó al Gobierno sin uno de sus apoyos importantes, terminó siendo decisiva, más allá de que numerosos sindicatos ratificaron su defensa del gobierno del MAS, al punto que algunos sectores están planteando la necesidad de un congreso de bases de emergencia para revisar la posición y cambiar la dirigencia de la central obrera.