Este jueves los trabajadores nucleados en el sindicato del gas decidieron ocupar las oficinas de MontevideoGas, en el centro de la ciudad, y anunciaron el lanzamiento de una huelga de hambre a partir del próximo martes 16, reclamando la estatización del servicio que hace siete años está en manos de la concesionaria brasileña Petrobras.
La protesta detona por la suspensión (envío al seguro de paro o seguro de desempleo) de 21 de los 157 trabajadores de la empresa. Martín Guerra, presidente de la Unión Autónoma de Obreros y Empleados del Gas (UAOEGas), planteó que “se necesita que Petrobras se vaya porque no atiende el servicio público de gas natural”. Según el gremialista, Petrobras comenzó a desinteresarse de la prestación del servicio cuando fue destituida la expresidente brasileña Dilma Rousseff.
Desde el gremio se informó que el Poder Ejecutivo local, con acuerdo del sindicato, propuso a MontevideoGas “dos iniciativas económicas que generan un ahorro monetario a la empresa a cambio de levantar los seguros de paro”, así como también “instalar una mesa de negociación sobre los convenios colectivos y abordar el conjunto de la situación económica”.
Pero ante la dilación de la empresa para dar una respuesta, desde el gremio se resolvió aplicar las medidas votadas en la asamblea del pasado lunes, comenzando por la ocupación de las oficinas de la empresa, para continuar a partir del martes con una huelga de hambre. Las consignas planteadas por el sindicato incluyen, además de la defensa del servicio público de gas natural, el alerta contra el ataque a los convenios colectivos y la amenaza de despidos.
Alejandro Acosta, otro dirigente del gremio, consideró que “el único interés de Petrobrás es obtener cientos de millones de dólares del Estado uruguayo a través de las dos demandas arbitrales”. Y agregó: “Además, el sindicato del gas planteará la posibilidad de un paro parcial con movilización de todo el movimiento sindical, a fines de este mes. Porque entendemos que las acciones que está tomando Petrobras son un pésimo antecedente para el movimiento sindical”.
“El ataque a los trabajadores es permanente, nosotros le hemos planteado al Poder Ejecutivo si esto sigue así si merece la pena que Petrobras siga al frente de la concesión porque no hay beneficios visibles ni para el usuario, ni para la fuente de trabajo, ni para Uruguay”, concluyó Acosta.