Afectados de lleno por la pandemia de Coronavirus, el sector de Sanidad habría recibido el reconocimiento que venía reclamando. Todos los argumentos planteados por el sector empresario habrían quedado a un costado y –con alguna intervención del gabinete de Fernández- habrían accedido a otorgar una mejora.
Así, la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina de Buenos Aires (ATSA), que conduce Héctor Daer, uno de los principales interlocutores del sindicalismo con el Gobierno, cerró finalmente su paritaria de 2019: acordó un aumento de 21,8% para el trimestre marzo-mayo, que representa un 53,8% de mejora para el año pasado, igualando exactamente la inflación del período.
A ese número se llegó con la suma de 2.000 pesos en el sueldo de marzo de todas las categorías y dos porcentajes para abril y mayo que, en total para el primer trimestre del año. Sumado al 32% que se había firmado anteriormente.
La negociación era clave en momentos que es la actividad “esencial por exelencia” en la que descansan todas las medidas extremas que ha tomado el Gobierno.
Los convenios que están incluidos dentro del acuerdo incluyen a enfermeros, mucamas y camilleros de clínicas, sanatorios y hospitales del sector privado, además de personal de geriátricos, neuropsiquiátricos, institutos médicos y odontológicos, laboratorios de análisis clínicos, traslados de pacientes, servicios de ambulancias y centros sanitarios de mutuales gremiales.
La paritaria de 2019 se había firmado con un aumento del 32%, por lo que el sindicato de los sanitaristas reclamó una cifra que no perdiera con la inflación del año, que fue del 53,8%, y la partes deberán sentarse nuevamente a mediados de año a negociar la paritaria 2020, donde desde el sector esperan un nuevo reconocimiento para lo que será un invierno “histórico” por la batalla que tendrán que dar.