El estudio se realizó en el marco del convenio de colaboración entre el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y la Universidad Católica Argentina (UCA), y tuvo como resultado un documento de investigación en el que se evalúa el impacto del Programa Tarjeta Alimentar y los efectos directos e indirectos en la inseguridad alimentaria, consumos alimentarios y no alimentarios.
La presentación de este documento se dio en el marco del Seminario Académico Infancia, Alimentación y Políticas Públicas realizado el jueves 29 de julio, donde para la UCA, la asistencia social “evitó un aumento mayor de la indigencia”.
El trabajo muestra la eficacia que tuvo el Programa Alimentar a la hora de reducir la indigencia y la pobreza. Así, se ve que los hogares por debajo de la línea de indigencia en el país son 9,2%, mientras que si se quita el Programa Alimentar (Tarjeta Alimentar más AUH) esa cifra asciende a 27,5%. En el caso de niños esos porcentajes son 10,6% y 33,3%, respectivamente.
La investigación demostró que los beneficiarios de la Tarjeta Alimentar tuvieron un 19,4% menos de posibilidades de sufrir inseguridad alimentaria. El Programa Alimentar “ejerció en el marco de la crisis sanitaria y socioeconómica Aspo-Covid19 un impacto protector ante la inseguridad alimentaria de los hogares y sus miembros, y especialmente ante la situación más grave que afecta a niñas, niños y adolescentes”, explicó Ianina Tuñón, coordinadora e investigadora responsable del Barómetro de la Infancia (ODSA)
Según los datos, un destinatario de este beneficio tuvo una incidencia de la inseguridad alimentaria de 34,8%, mientras que en el grupo de comparación (de idénticas características socioeconómicas, pero sin el beneficio) esa cifra fue de 54,2%.
En el caso de la población infantil, la diferencia fue incluso mayor. En los destinatarios hubo una incidencia de la inseguridad alimentaria de 41,7%, mientras que en los que no tuvieron el beneficio esa incidencia ascendió a 70,8%, con lo que los niños y niñas que recibieron la tarjeta tuvieron 29% menos de posibilidades de sufrir inseguridad alimentaria.