Aunque con el aval definitivo de cada jurisdicción, la vuelta presencial a clases de los últimos grados sería la buena noticia que el ministro de Educación, Nicolás Trotta tiene para dar. Este martes por la tarde se reunirá el Consejo Federal de Educación y de ese encuentro podría surgir la autorización nacional para que los últimos años –tanto para primario como secundario- vuelvan a las aulas bajo estrictos protocolos.
El objetivo, pese a que, son conscientes de que el año está demasiado avanzado, es establecer y consensuar una agenda que fortalezca el regreso paulatino a las aulas antes que concluya el 2020, sobre todo para aquellos niños o jóvenes que terminan un ciclo educativo.
Ese inicio está directamente relacionado a la situación epidemiológica de cada provincia, por lo que se prevé que las clases presenciales en sus distintas modalidades comenzarán en 100 distritos del interior de la provincia de Buenos Aires que permanecen en fase 4 o 5 (a excepción de Mar del Plata y San Nicolás) pero no en la zona del AMBA por ahora, no por lo menos en los 35 distritos del Gran Buenos Aires.
En Ciudad, la primera en empujar ésta propuesta, tal vez sea más sencillo llegar a un acuerdo, ya que existen protocolos más aceitados y cierta interacción entre los gremios, el PJ y el mismo ministro de Educación Nacional que puede ayudar como canal de diálogo para dar una definición más pronta.
Después de las declaraciones del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, que insistió en la importancia de un regreso inmediato para los estudiantes que están finalizando la primaria y la secundaria, el ministro de Educación aseguró: «Desde un principio la prioridad han sido las y los alumnos que finalicen un ciclo», lo que hizo pensar que habrá una buena noticia para dar.
En la provincia de Buenos Aires la situación gremial es otra. Dijeron no entender a “Trotta”, quien hasta hace muy poco insistía en que “sin la vacuna el regreso a las aulas era casi imposible” y de pronto hubo un viraje rotundo donde “no hace falta vacuna para volver a clases” y hay que “aprender a convivir con el virus”.
Más allá de toda polémica, el ministro de Alberto Fernández anticipó que ya está confeccionado el nuevo índice epidemiológico que permitirá evaluar el regreso progresivo de los alumnos que viven en las grandes ciudades, centros urbanos de más de 500.000 habitantes.
El esquema fue elaborado por los ministerios de Salud de la Nación y las provincias, con el asesoramiento de un grupo de expertos, y estará a disposición de los ministros para que cada región pueda tener precisiones del riesgo que implica la apertura de las escuelas en cada zona.
Un fuerte reclamo político de intendentes opositores, de padres y directivos de colegios privados que ven esmeriladas sus matrículas y la morosidad de las cuotas de las escuelas en muchos casos cercanas al 50% que pone en duda su funcionamiento, fueron algunas de las presiones que se sumaron a la iniciativa propia de la cartera de Educación en cuanto al regreso a las aulas.