Se renovó la concesión del puerto de Buenos Aires: los gremios marítimos se fortalecen y no habrá despidos

Este miércoles se oficializó, a través de una rúbrica, la renovación de la concesión del Puerto del Buenos Aires, lo que llevó tranquilidad a los gremios marítimos, largamente preocupados por posibles pérdidas de fuentes de trabajo y desventajosos cambios en las condiciones de funcionamiento del puerto más importante de la Argentina.

En ese sentido, el titular del Sindicato de Encargados Apuntadores Marítimos y Afines de la República Argentina (SEAMARA), Raúl –el Vasco- Lizarraga celebró la nueva noticia y manifestó en Estado de Alerta que “hay felicidad” por haber cumplido ese objetivo, y lo destacó aún más dentro del contexto de pandemia que vivimos  donde “fuimos declarados trabajadores esenciales y como tal asumimos la responsabilidad”.

Lizarraga hizo énfasis en lo largo y dificultoso de la negociación, e hizo hincapié en los obstáculos que tuvieron atravesar en el gobierno anterior donde “transitamos muchos años discutiendo los temas del Puerto de Buenos Aires con un proyecto inmobiliario en el medio”.

Con el cambio de Gobierno y la llegada de Alberto Fernández, «la mirada fue otra y entendieron rápidamente cómo venía el tema», manifestó. Por ese motivo «dieron de baja la nueva licitación, cosa que nosotros festejamos y pudimos entablar un diálogo donde se tuviera en cuenta lo que es el comercio exterior y se priorizara el carácter federal del puerto sin darle el pase a la Ciudad de Buenos Aires”, explicó Lizarraga.

El Puerto prorroga concesiones y garantiza los puestos de trabajo

Así fue que el 15 de mayo se vencía la concesión anterior y la mayor preocupación gremial era que “una carga que operaba en terminales Río de La Plata había anunciado que se mudaba de terminal y eso ponía en riesgo 800 puestos de trabajo”, de ahí la intervención de la Administración General de Puertos también, para poner freno a las aspiraciones de grandes las empresas que operan en la terminal.

Frente a éstos gigantes, “las organizaciones gremiales del sector nos hemos unido y organizado porque entendimos que en forma individual, el poder de negociación con empresas tan poderosas es ínfimo”, afirmó Lizarraga, también secretario de Puertos de la Fedeción Marítima (FEMPINRA), quien hizo historia para recordar que por ejemplo “cuando se concesionó en el 90, el 90% de los trabajadores fueron expulsados con todas las consecuencias que te puedas imaginar”.

La otra pata para poder equilibrar este desbalance es el acompañamiento del Estado. Al respecto el dirigente gremial ejemplificó: “cuando vos tenés que sentarte en una mesa con la empresa Maersk, con Terminales Río de La Plata, que son empresas que tienen puertos en un montón de países y son muy poderosos, tenés que estar unido y organizado, pero además es clave si hay un Estado presente o ausente”.

En ese sentido, destacó el rol  del flamante gerente de Administración de Puertos (AGP), José Beni, a quien definió como “un hombre que conocíamos de otra administración anterior, que ha trabajado muchísimo y también resaltó el accionar del ministro de Transporte, Mario Meoni, de quien señaló que “hubo un entendimiento rápido para avanzar con las preocupaciones del transporte marítimo y poder salvaguardar los puestos de trabajo”, en un rubro que, aunque pocos conocen, significa el 80% del transporte total mundial.