Durante el cuarto trimestre del 2018, luego de la corrida y devaluación de septiembre, los trabajadores recibieron una porción mucho menor del Producto Bruto Interno. En concreto, los asalariados representan al 74% de las personas que participan en la producción local y recibieron sólo el 47,3% del valor agregado por la economía argentina. Si contabilizamos que durante el mismo período de 2017 se habían obtenido el 52,6%, la reducción alcanza 5,3%.
Por el contrario hubo una mejora de los ingresos de los empresarios que, tal los números del INDEC, representan al 4% de las personas que participan en la producción. Su parte creció hasta el 42,8%. Así en el cuarto trimestre del 2017 había sido de 37,7% mientras el excedente de explotación bruto saltó 5,1%, la participación asalariada cayó 5,3%.
Los del INDEC dejan a la vista también que entre el último trimestre del año pasado y el mismo período del 2017 se perdieron 206.000 puestos de trabajo asalariado. Del análisis del informe se desprende también el efecto de precarización, ya que los registrados perdieron 104.000 puestos al mismo tiempo que los no registrados crecieron en 40.000.
Por otra parte el cuentapropismo perdió 36.000 empleos, pero a pesar de ello, el trabajo no asalariado mantuvo su participación de 11,7% en la torta del PBI.
Lo que muestra la dinámica de los ingresos, como consecuencia de los movimientos de precios relativos (tarifas, salarios, IPC y dólar) resultantes de la política económica reciente, es que incluso el intento de “fifty fifty” queda cada vez más lejos.
