Según confirmó el ministro de Economía Nicolás Dujovne, el presupuesto 2019 incluirá importantes recortes para poder cumplir con el compromiso de “déficit cero” asumido con el Fondo Monetario Internacional, que habilitó un préstamo de 57 mil millones de dólares para nuestro país. El ajuste manifestará sobre todo en reducciones de las transferencias a las provincias, profundización de la quita de subsidios, mayor achicamiento del empleo público, fuerte ajuste del sistema de la seguridad social e importantes recortes del gasto en obra pública.
Dujovne celebró que en los primeros nueve meses del año el déficit fiscal primario ascendió a 153 mil millones de pesos, apenas un 1,1% del Producto Bruto Interno (PBI), un sobrecumplimiento de lo comprometido con el Fondo (2,7% para 2018). Si se incorporara el pago de los servicios de deuda, el déficit en lo que va del año alcanzaría un 2,8%. La noticia se celebra como un logro, a pocos días de que el organismo de crédito internacional confirme la ampliación de 7 mil millones de dólares sobre el préstamo original de 50 mil millones y el adelantamiento de las fechas de los desembolsos, para cubrir las necesidades financieras del país durante 2019.
Precisamente el rubro que más creció en el gasto público tiene que ver con el pago de intereses de deuda externa, ya que este año ya se destinaron más de 230 mil millones a tal fin (un aumento de 55,2% en términos interanuales). Gracias a la reciente devaluación del peso, estos pagos constituyen la tercera partida más importante del presupuesto nacional, detrás las partidas de seguridad social y los salarios estatales (dos rubros que vienen evolucionando negativamente, muy por debajo de la inflación).
Según Dujovne, “este cuidadoso manejo del gasto público” permitió que el Estado cumpla sus metas fiscales por séptimo trimestre consecutivo, “generando entre enero y septiembre una baja de 10 por ciento en el gasto primario en términos reales con respecto a igual período de 2017”, logrando el gasto público más bajo de los últimos seis años.
En este aspecto, la inversión pública es el sector más afectado por el ajuste. A diferencia de otras partidas que se reducen por un congelamiento de partidas o gracias a aumentos por debajo de la inflación, el gasto en infraestructura se recortó nominalmente. Durante los tres primeros trimestres del año, el Gobierno destinó a obra pública 141.101 millones de pesos, lo que implica un 13,1% menos que en el mismo período del año anterior, ajustando sobre todo el presupuesto destinado a obras de vivienda (que retrocedió un 43,3% en términos interanuales). También sufrieron recortes nominales transporte (18,1%) y sanidad (16,3%).
El Gobierno apuesta a suplir esos recortes durante el próximo año a través de la licitación de obras por la vía de los proyectos de Participación Público Privada, que se financian con nueva deuda que irá a aumentar la carga de intereses.