El futuro de Garbarino es incierto: la firma sufrió los embates de las políticas de Cambiemos en los últimos años, con una importante baja de ventas de sus productos y cierre de locales, y busca un nuevo comprador, que no aparece. Mientras tanto, miles de fuentes de trabajo están en riesgo latente.
Hasta el momento, Covelia, empresa de recolección de residuos, se mostró interesada en adquirir la firma de electrodomésticos y tecnología pero ven un problema: la enorme deuda que tiene. Específicamente, le debe $5000 millones a un grupo de bancos, liderados por Galicia y Santander, y otros $7000 millones a sus principales proveedores de mercadería, quienes poseen una dura posición en la negociación, que hoy es la principal traba.
De hecho, una compañía proveedora expresó en off: «No puedo aceptar una quita que implique una negociación menos ventajosa que las actuales condiciones». «Hoy los proveedores que le están entregando mercadería lo hacen en consignación y con posnet que le permiten recaudar directamente todo lo que se factura», agregaron desde el sector. Pero Covelia estaría dispuesta a asumir el desafío de reencauzar Garbarino.
Incertidumbre de miles de trabajadores de Garbarino por los cambios accionarios de la empresa
Vale destacar que la empresa de los hermanos Daniel y Omar Garbarino, que entró en una profunda crisis financiera por el aumento de costos locales y la histórica caída de ventas durante el macrismo, hoy tiene una participación del 20% en el mercado de electrodomésticos, cuenta con 200 locales (entre los propios y los de la marca Compumundo), emplea a unos 4500 trabajadores y posee una planta de ensamblado de Samsung en Tierra del Fuego.
Pero los trabajadores de la empresa viven esta transición con una gran incertidumbre, esperando que se lleven adelante algunas reuniones que les clarifiquen el escenario al que se enfrentarán con los cambios accionarios.