La respuesta de uno de los supermercadistas más grandes de la Argentina, ante la consulta de qué hace su cadena con la inflación, se llevó todas las miradas al reconocer que la reacción es «remarcar precios todos los días». Al ponerlo en primera persona, el presidente de La Anónima, Federico Braun, generó estupor en el auditorio de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y fue argumento válido para que recibiera la condena del Gobierno.
En pleno debate sobre quién es responsable de la espiral inflacionaria más alta de las últimas décadas, las expresiones fueron por lo menos desafortunadas y lo pusieron en el centro de la escena por la suba de los alimentos que encabezan la lista de los mayores aumentos.
El panel era compartido con el CEO de Techint, Paolo Rocca, también involucrado en posibles irregularidades en la licitación del gasoducto, que según el ex ministro Matías Kulfas, “fue hecha a la medida de la empresa”, por lo cual el cónclave estuvo de teñido de varios infortunios para el sector.
A Braun le tocó representar la franja del consumo masivo y los problemas cotidianos con el proceso inflacionario, la carga impositiva y los controles de precios, fue ese el momento en que esa especie de “sincericidio” lo hizo responsable del peor flagelo que atraviesa la Argentina hoy, tal como lo vienen afirmando particularmente desde el kirchnerismo.
De ahí que la humorada generó la reacción de la ex presidenta Cristina Fernández, también del presidente, Alberto Fernández y se volvió a poner el ojo en los empresarios del sector alimentario, que ahora debe coordinar y controlar, Guillermo Hang, flamante secretario de Comercio Interior, luego de que Roberto Feletti dejara el cargo intempestivamente.