Mientras la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) comenzó a convocar a la realización de asambleas, desde la cámara empresaria Apymel repudiaron la iniciativa gremial y denunciaron que podría derivar en problemas de abastecimiento de lácteos en las góndolas.
Después de que el viernes pasado se suspendiera por pedido de las empresas la mediación que iba a llevarse adelante con el gremio en el marco de la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo sobre la medida de fuerza de 24 horas que Atilra había lanzado el lunes pasado, el sindicato convocó para esta semana a asambleas de trabajadores en plantas y centros de distribución para continuar con la discusión de una recomposición salarial.
Desde Atilra sostienen que, más allá del discurso empresarial, la productividad y las ventas del sector no sólo no se redujeron durante la cuarentena sino que incluso aumentaron por lo que se podría encarar sin inconvenientes la apertura de las negociaciones paritarias ante el congelamiento de hecho que sufren los salarios de los trabajadores, fuertemente golpeados por la inflación de los últimos meses.
Apymel, entidad patronal que organiza a las Pymes del sector, manifestó: “Reiteramos nuestro rechazo a cualquier medida que pueda interrumpir, obstruir o dificultar la normal actividad productiva de las empresas que pudiera derivar en cualquier perjuicio para éstas y para el público consumidor que podría sufrir la falta de abastecimiento de los productos lácteos”.
El gremio de los trabajadores de la industria láctea desmintió categóricamente esa perspectiva y responsabilizó por cualquier desabastecimiento a las empresas que, según denunció, incluso estarían dispuestas a tirar la producción láctea de algunas jornadas con tal de no reabrir un negociación salarial. Según Atilra, la amenaza de desabastecimiento es «otro de los fantasmas que siempre agita el sector empresario para sensibilizar a la sociedad y demonizar a los sindicalistas».