Luego de siete meses de obras, el Aeroparque Metropolitano, Jorge Newbery, volvió a abrir sus puertas. Las largas remodelaciones pudieron realizarse y llegar a su fin. No así la situación de los ex empleados de Latam que protestaron al mismo tiempo que la apertura intentaba ser una fiesta con la llegada del vuelo de Aerolíneas Argentinas proveniente de Córdoba que inauguró minutos después la nueva pista alargada de despegue y aterrizaje.
Fue entonces que una ruidosa manifestación le hizo saber al Gobierno que no está todo resuelto en materia aeronáutica. También muchos de los despedidos de la compañía Latam hace meses, todavía pelean por su destino sin poder encontrar un rumbo laboral que les de certezas a futuro.
Desde el anuncio del cese de las operaciones, la compañía lanzó un programa de retiro voluntario mediante el cual se alcanzó un acuerdo con 1500 empleados, de los 1715 que tenía la empresa en el país. Este programa finalizó en febrero pasado y quedaron 193 trabajadores que siguen en conflicto con la compañía, aunque la disputa ahora se resolverá en el plano judicial.
Así, la vuelta de las operaciones aerocomerciales al Jorge Newbery era motivo de celebración pero la manifestación de reclamos de los casi 200 despedidos opacó la fiesta y dejó a la vista una enorme contradicción: la pista se bautizó con el nombre del ex presidente Juan Domingo Perón, mandatario realzado en la historia por la adquisición de derechos laborales.
En la remodelación del Aeroparque se invirtieron 5 mil millones de pesos, que permitieron, entre otras obras, ensanchar y alargar la pista para facilitar la operación de vuelos regionales. Se prevé cubrir las rutas a Uruguay, Brasil, Bolivia, Paraguay, Chile y Perú. Falta cerrar el capítulo de los despedidos de Latam, conflicto que no encuentra solución aparente en el corto plazo.
