La conocida cadena de supermercados que opera en todo el sur del país, -y de cercana relación al Gobierno- inició una serie de despidos. El secretario Adjunto del Centro de Empleados de Comercio, Daniel Rivarola, confirmó que se produjeron ya cuatro despidos y que ésta cifra podría aumentar en los próximos días.
Al mismo tiempo diez trabajadores quedaron en la calle en las carnicerías JR por el cierre de todas las sucursales, según confirmaron también desde el Sindicato de Comercio local.
Esto genera gran preocupación pues hay muchos comercios y empresas que también están atravesando una situación compleja. “Tomamos conocimiento hoy de cuatro despedidos en el supermercado La Anónima, con la posibilidad de que el número crezca todavía más. Hemos hablado con la empresa y dicen que obedece a una reestructuración con revisión de legajo y, dentro de este margen que tienen con pérdidas establecidas en las sucursales, vienen insistiendo desde hace rato con despedir gente”, señaló el dirigente mercantil.
Sobre la situación expresó que “nosotros la venimos sosteniendo, pero ahora sin aviso, sin ninguna comunicación previa, hubo cuatro despedidos. Dicen que se van a pagar las indemnizaciones al 100%, pero son cuatro compañeros más desempleados”.
Entendiendo que “para la ley se abonan las indemnizaciones, se pagan en forma completa y nos dejan atados de manos”, advirtió. Aunque agregó que “obviamente, si hay alguna posibilidad de alguna medida que nos permita el reingreso, lo haremos” confirmó, Rivarola, del SEC.
Por otra parte comentó que “todas las sucursales de la carnicería JR cierran definitivamente y dejan a 10 compañeros en la calle. Los telegramas de despido hablan de causas de fuerza mayor, de problemas económicos, y pretenden pagar las indemnizaciones con el artículo 247 que es al 50%.
En este caso lo que hicimos es reunir a los compañeros para rechazar la causal del despido, en tanto esperamos sean las liquidaciones finales conforme al artículo 245, o sea al 100%”, reclamó.
Esta situación se repite todos los días, y cada vez son más las familias que encuentran a su jefe o jefa de hogar sin trabajo y con la dificultad de reinsertarse en un mercado laboral deteriorado y sin posibilidades.