Pese a los recientes ajustes de alrededor de 4% en el precio de los combustibles, referentes del sector anticipan que el valor local todavía está atrasado entre un 7 y un 20%, por lo que se esperan nuevas remarcaciones en los próximos meses. Lógicamente, estos ajustes impactarán sobre toda la cadena de precios, alejando cada vez más las promesas oficiales de moderación en la dinámica inflacionaria.
Según referentes del sector petrolero, el atraso en el precio de los combustibles se debe sobre todo a los recientes aumentos del dólar (que ya suma un incremento de 18% en lo que va del año) y a la subida de los precios internacionales del crudo (que se apreció un 48% en pesos). En el mismo período, las petroleras ajustaron 13% el valor de sus combustibles, siempre con YPF como punta de lanza de las remarcaciones, que luego son replicadas por el resto de las empresas.
Fuentes del sector denuncian que el Gobierno administra el precio de los combustibles de la petrolera estatal, que concentra el 56% del mercado de combustibles, de forma “unilateral”. Y añaden: “El año pasado nunca trasladamos en un solo aumento la totalidad de la brecha que hay entre la paridad de importación y el precio local, porque consideramos que hay variables que hay que tener en cuenta, como la situación del país y la del mercado”.
Más allá del atraso de los precios en relación con los costos de producción, los aumentos también se enfrentan con límites objetivos derivados de la caída generalizada del poder adquisitivo de los salarios en nuestro país. Desde septiembre del año pasado, el consumo de naftas y de gasoil viene cayendo mes a mes.
Una empresa del sector explicó: “En el primer trimestre de 2019 se observa una menor demanda de naftas debido al menor poder de compra de los ingresos de las personas y a la caída en las ventas de los autos 0 kilómetro. La caída en la demanda de gasoil, que se contrajo 8% interanual en marzo, está influenciada por la menor actividad económica”.
En junio se sumará otro factor a las presiones alcistas de los combustibles, ya que corresponde aplicar el ajuste trimestral a los impuestos a los combustibles (ITC) y al dióxido de carbono. Ya se anticipa que el aumento rondará el 12%, en línea con la acumulación inflacionaria trimestral. El último aumento fue de 11,5%, desdoblado en marzo y abril, lo que se tradujo en un incremento de $0,49 por litro en cada mes. En este sentido, voceros del sector reclaman al Gobierno una rebaja de los impuestos al combustible, que compone entre el 40 y el 45% del valor del libro de nafta.