El presidente Alberto Fernández afirmó que el lockout que están llevando adelante las entidades agropecuarias organizadas en la Mesa de Enlace, que se plantearon un cese de comercialización de granos y carnes por cuatro días, constituye una medida “para beneficiar a los mayores productores de soja”.
“Los autoconvocaos son dirigentes opositores disfrazados de chacareros. La sociedad está sintiendo que este paro es incomprensible. Hemos cuidado a la mayoría de los productores. No se entiende qué están haciendo”, añadió el Presidente durante una entrevista televisiva en su despacho.
De todos modos, la medida no pareció contar con una gran adhesión de los productores ya que, por ejemplo, el puerto de Rosario trabajaron este lunes con absoluta normalidad, no registrando el más mínimo impacto, y el mercado de Hacienda de Liniers tuvo un día récord de ingreso de ganado.
Respecto de la protesta agropecuaria, opinó que no estaba mal que dirigentes oficialistas como el senador Oscar Parrilli o el dirigente social Juan Grabois la hayan cuestionado en duros términos: “Soy parte de un espacio donde somos muchos y no necesariamente pensamos todos igual. No me preocupa. Todos queremos lo mismo”. En el mismo sentido, descartó las acusaciones de “violencia” contra esas expresiones, preguntándose si no era violento un paro que defiende los beneficios de un pequeño grupo de productores de soja.
Piqueteros del campo detuvieron y revisaron camiones de forma ilegal
También diferenció la situación de la de 2008, explicando que “la 125 fue una medida muy inconsulta, esto se habló muchísimo con el campo”. Y agregó que esperaba que los productores entiendan la situación: “Todos tienen que hacer un esfuerzo. Hay gente que la está pasando muy mal. Confío en que en algún momento los dirigentes se van a dar cuenta que este no es el camino. Cumplimos con nuestra palabra. Esta vez el pequeño chacarero no va a pagar retenciones”.
En un día de fuerte crisis de los mercados financieros internacionales, Fernández consideró que la caída de las bolsas tuvo más que ver con el impacto de la baja del petróleo que con el coronavirus. En cuanto a la epidemia que preocupa al mundo, también descartó las acusaciones de imprevisión contra el Ministerio de Salud argentino: “Son todos casos contraídos en el exterior. En la Argentina lo estamos controlando. Pensamos que iba a demorarse más”.
En cuanto a la renegociación de la deuda externa detalló: “No vamos a pagar la deuda sacrificando a los que la están pasando mal. No fue lo que hizo el otro gobierno, que sacrificó todo”. De todos modos, reconoció el difícil panorama económico: “La economía va a caer este año y probablemente el otro también”.
Finalmente, sobre la reforma judicial, insistió con la necesidad de que la Justicia “funcione bien”, aunque destacó que hoy “está llena de jueces probos y dignos”. También descartó que él vaya a llamar nunca a un juez para incidir sobre una sentencia. En lo que hace al caso Milagro Sala, rescató el compromiso del gobernador radical Gerardo Morales de plantear la revisión del caso por la Corte Suprema: “Todos no quedaríamos más tranquilos, porque tenemos muchas dudas sobre cómo funcionó la justicia de Jujuy”.