Milei despidió a Yasin por los polémicos aumentos del sueldo presidencial

En el marco de la polémica generada después de que trascendiera que en las últimas semanas el presidente Javier Milei, la vicepresidenta Victoria Villarruel y los miembros del Gabinete habían recibido un aumento de sus salarios del 48 por ciento, el mandatario decidió retrotraer la medida y despedir al ministro de trabajo Omar Yasin, a quien responsabilizó del escandalo.

En un país golpeado duramente por la crisis económico social que generaron las medidas recesivas aplicadas por el Gobierno, que vienen destruyendo los ingresos de asalariados, cuentapropistas y jubilados o beneficiarios de diversos planes sociales, hace pocos días Milei debió ordenar que se cancele un aumento del 30% para los sueldos de diputados y senadores, aprobado por Villarruel y el presidente de la Camara de Diputados Martin Menem.

Menos de una semana después de que el repudio social obligará al Mandatario a intervenir, se supo que en marzo él y su gabinete habían cobrado un aumento aún mayor. La primera reacción de Milei fue la de culpar a un decreto de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner de hace 14 años, que presuntamente obligaba a aumentos automáticos para su cargo superiores a los del resto de la función publica.

Pero el intento de descargo en redes tuvo patas cortas ya que desde distintos sectores se hizo público el decreto de febrero de este año, firmado por Milei, el jefe de Gabinete Nicolás Posse y la ministra de Capital Humano Sandra Pettovello que aprobaba el incremento, abriendo la duda de si el Presidente estaba mintiendo a conciencia o no tiene registro de lo que viene firmando.

En el marco de este escándalo, este lunes el mandatario anuló el aumento y prometió reintegrar lo cobrado y responsabilizó curiosamente por la firma del decreto al titular de la cartera laboral Omar Yasin, cuya firma no figura en la polémica medida, buscando aplicar un rápido control de daños ante las oleadas de repudio que generó la decisión de llevar su sueldo de 4 a más de 6 millones de pesos en un país en el que casi la mitad de los argentinos están bajo la línea de pobreza.