Para la cámara que agrupa a los supermercados nacionales, el pago del bono de fin de año que acordó la CGT con el Gobierno nacional representa una seria dificultad para sus arcas, que sufrieron en este 2018 una caída en las ventas, un incremento en los costos productivos y una competencia desleal con los comercios orientales.
En este marco, Fernando Aguirre, vocero de las empresas, explicó que la rentabilidad del sector «ha caído totalmente, muchas empresas trabajan a pérdida desde hace varios meses y hay serios riesgos de cierre, lo que implica pérdida de empleo en blanco. Las autoridades no están tomando nota de esto”.
El representante de los supermercados aprovechó, además, para quejarse públicamente de la competencia desleal que existe, desde su visión, de los comercios chinos: “Cuando un comercio nacional cierra, en el interior del país es desplazado por uno oriental, que dentro de su modelo de negocio tiene a la evasión fiscal y el empleo precario”.
A estas condiciones, se le agrega que el Sindicato de Empleados de Comercio logró en esta parte del año aumentos salariales del 20% en tres cuotas (en enero, febrero y marzo) para totalizar una suba anual del 45%, algo que no fue bien recibido por los supermercados: «Las cadenas medianas, que son líderes en sus provincias o ciudades, que son pymes, están muy amenazas por el aumento de costo y por la competencia de los que tiene ventajas ilegales. La verdad es que no se pueden pagar los aumentos acordados», apuntó Aguirre.
También agregó que mantiene la esperanza que se movilicen las ventas por las fiestas de fin de año y advirtió que los comercios podrían cerrar en este adverso contexto económico: “Esperamos que en diciembre repunte. El bono todos tratan de pagarlo, pero así no se pueden pagar los aumentos acordados de 20%. La gente lo merece, pero el supermercado pequeño no lo puede pagar. O despide gente y achica el plantel, o tiene que cerrar. Ni si quiera puede pensar en pedir un préstamo. Estamos complicados, no es un problema fácil de solucionar”.