Los problemas de la industria nacional y los desafíos del ministro Sica

Un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) detalla las falencias que presenta el sector industrial argentino en términos de producción y rentabilidad: caída de las ventas (del consumo), aumento de costos e ingreso indiscriminado de importaciones.

La compra de bienes desde el exterior sigue en alza, con subas del orden del 20%. «Lejos de moderarse por el aumento en los productos finales importados o por la suba abrupta del tipo de cambio, en los primeros cuatro meses del año las compras de bienes en el exterior treparon un 21,3%», subrayaron desde el Observatorio de Políticas Públicas de la Undav.

Por otro lado la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y el cierre de paritarias a la baja ha generado una contracción en el consumo y una estrepitosa caída en las ventas.

El cambio de ministro de producción (Dante Sica por Francisco Cabrera) hace pensar que puede haber un giro en el rumbo ya que la llamada competitividad está también en crisis por el aumento de costos de los industriales que es cada vez más «asfixiante», con incrementos tarifarios, de combustible, e insumos también para las fábricas y una rentabilidad en picada de la mano de las pocas ventas.

La industria local automotriz, la textil, y la industria del cuero, son algunas de las que pueden explicar ese retraso en su cadena de valor, lo que genera seguir exportando la materia prima y no el producto terminado, lo que quintuplicaría el ingreso de dólares, además de generar empleo genuino.

Por el contrario, estas políticas llevadas adelante, derivaron en una crisis laboral en la industria local que como resultado muestran  63.000 puestos de trabajo menos, lo que según el informe de la UNDAV, equivale a un 5% de la producción industrial.

Seguramente dirán que hay (o hubo) un boom de ventas de autos, pero la fabricación local de vehículos cayó 25% en el promedio de los últimos dos años en comparación a la década pasada. La mayor cantidad de unidades vendidas se explica, según el estudio, en la eliminación de impuestos a los modelos de alta gama. «El porcentaje de autos nacionales en el total de las ventas realizadas en estos dos años es el más bajo en, al menos, 15 años», detalla el informe.

En los últimos años la industria del cuero, con el calzado y la marroquinería se convirtió en una de las más perjudicadas. La producción de zapatos se redujo más de 19% en dos años. La importación de cuero saltó de u$s 442 millones a u$s 644 millones. La marroquinería se desplomó 55% entre el 3° trimestre de 2015 y el 3° trimestre de 2017.

Otro de los grandes damnificados es el sextor textil: con un aumento del 40% en las importaciones en el promedio de los dos últimos años, hubo una reducción del 18% en el rubro. Y si hablamos de prendas ya terminadas, ingresaron desde el exterior un 98% entre 2015 y 2017.