La devaluación, el altísimo valor de las tasas de interés y la baja en el consumo impactan de lleno en los distintos rubros de la producción –y si bien hay sectores mejor y peor posicionados- hay una gran preocupación general entre los empresarios locales debido a la caída en el nivel de actividad que cerrará con sus números en rojo el 2018.
De una reunión que mantuvo la Unión Industrial Argentina ayer -donde se abordó la situación en sus aspectos generales y regionales, la coyuntura económica y las dificultades que presentan, particularmente las PyMes- surgieron datos que encendieron alarmas: la caída de la actividad en el mes de agosto fue del 4,1% y en su medición interanual rondará el 2,3%, generando un fuerte impacto negativo en el nivel de empleo.
De sus declaraciones se desprende que la pérdida de puestos de trabajo “será gradualmente proporcional” a la caída en las ventas y a la baja de producción particularmente en pequeños emprendimientos y economías regionales abatidas por el aumento de los costos, principalmente las tarifas y los combustibles.
Los sectores más afectados: textiles, calzado, jugueterías, plástico, metalmecánica, maderas, muebles, papeleros, entre otros, presentan un mayor nivel de caída que el promedio de la industria.
En estas condiciones financieras, en que “un adelanto de cuenta corriente para PyMes aumentó en un año casi un 100%, -de 35% en septiembre 2017 pasó a 64,7% en septiembre 2018); se redujo notablemente el acceso al crédito y generó cese y corte en la cadena de pagos, se hace todos los días más difícil levantar las persianas”.
Para contrarrestar las medidas, los industriales consideraron urgente una “bonificación de tasas” que les de algún tipo de alivio impositivo y también una «línea blanda de créditos”. Esas variables podrían dar algún impulso hacia el año que viene, si te tiene en cuenta que hay “una mejora en la cantidad y modalidad de las exportaciones” que habría que profundizar en el futuro, consideraron en la mesa ejecutiva de la UIA.
