Según un análisis del el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), durante marzo el índice general de salarios aumentó un 10,1%, ubicándose 2,4% por arriba de la evolución inflacionaria del mismo mes, que fue de 7,7%. El estudio también reconoce que la realidad de los distintos sectores laborales es muy diferente, con una brecha notable entre los trabajadores registrados y los informales.
Durante el mes de marzo, el informe del organismo estadístico constata que los salarios de la administración pública se incrementaron en un 16,3%, mientras que en el sector privado esta cifra llegó a 7,9% y en el sector informal fue de apenas un 6,1%, cifra menor a la de la inflación.
La inflación en la Ciudad de Buenos Aires fue de 7,8% en abril
Tomando en cuenta los datos del primer trimestre del año, con un aumento acumulado del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 21,7%, el Índice de Salarios aumentó 22,2%. Un desglose de esta cifra muestra que los haberes del sector público subieron un 25,5%, los del trabajo privado registrado mostraron un alza de 20,6% y los del sector informal una suba de 21,2%. Los dos últimos ítems habrían perdido con la inflación, aunque por cifras mínimas. En una evaluación anual puede verse que los salarios en general aumentaron 102,4% mientras que los precios sumaron un 104,3%.
En abril la ministra de Trabajo Raquel “Kelly” Olmos sostuvo que “no hay pérdida” del poder adquisitivo de los salarios en el sector del trabajo registrado, tanto público como privado. “Al 31 de marzo mantiene la capacidad adquisitiva del 31 de diciembre”, agregó la funcionaria.
Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA, consideró desde sus redes sociales: “Si se compara contra diciembre de 2019 los trabajadores registrados del sector privado le empataron a la inflación; los del sector público recuperaron 3,2% y los no registrados perdieron 19,6%”. Y agregó: “Más allá de las aclaraciones metodológicas, muy necesarias en el caso de los asalariados no registrados, la conclusión parece bastante clara. El salario de los trabajadores registrados se viene defendiendo como puede, mientras que el de los no registrados se derrite”.
El especialista enfatizó que “las paritarias están funcionando bastante bien como mecanismo defensivo”. Y concluyó: “Quienes cuentan con esa herramienta pueden dar la pelea con mucho mejor resultado que quienes no cuentan con ella. Además, el éxito de las paritarias impide que el salario funcione como ancla antiinflacionaria. Esto es bueno para los trabajadores registrados, pero malo para el ministro de economía y complicado para los asalariados no registrados. La aceleración de la carrera precios salarios afecta mucho más a quienes no cuentan con mecanismos para ajustar rápidamente sus ingresos: los empleadores lo hacen automáticamente, las paritarias llegan un poco más tarde, los trabajadores no registrados son los que más tardan”.