Después de que el presidente electo Javier Milei confirmara sus intenciones de paralizar totalmente la obra pública, que podría reactivarse sólo si hay empresas privadas interesadas en ella, la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) se declaró «en alerta y movilización» y convocó a los trabajadores que ya están siendo despedidos a que continúen en sus obradores.
La decisión del gremio encabezado por Gerardo Martínez se dio a conocer por medio de un comunicado dirigido a los delegados de todo el país en el que se remarca que «ante la actual situación de rumores de la paralización de las obras públicas dependientes de Nación», el gremio comenzará por denunciar los hechos ante la cartera laboral, planteando que ante casos de despidos o suspensiones se proceda con «medidas de acción gremial» en defensa de los derechos de los trabajadores, incluyendo «permanencia en el obrador hasta su reincorporación».
Ya hay despidos en la construcción por el anuncio de Milei sobre el fin de la obra pública
Además, pide notificar de todos estos casos a la Secretaría de Organización y Gremial a nivel nacional, encabezada por Rubén Pronotti, para tomar conocimiento inmediatamente de cada situación de este tipo, enfatizando que esperan que esto «no suceda y que la defensa de los derechos de los trabajadores no se vea involucrada».
La UOCRA también remarcó, dirigiéndose al sector empresario de la construcción, «que el actual gobierno en ejercicio tiene garantizada la ejecución de las partidas presupuestarias correspondientes hasta diciembre de este año, lo que asegura la normal ejecución y continuidad de las obras en curso, razón por la cual no existen argumentos válidos que justifiquen la implementación de despidos, que en nada contribuyen a la paz social a la que todos responsablemente debemos contribuir».
«La industria de la construcción es un sector clave para el desarrollo del país, dinamizador de actividad económica y multiplicador de empleo genuino, ya que genera más de 1 millón de puestos de trabajo directos e indirectos», recordaron y agregaron: «La obra pública es, en cualquier lugar del mundo, una inversión, no un gasto», concluyeron.