Mientras los focos de incendio siguen devorando cientos de hectáreas de la selva amazónica, la catástrofe ambiental produjo otro impacto inesperado en la política internacional. Distintos mandatarios de la Unión Europea salieron a poner en duda el reciente acuerdo de libre comercio con el Mercosur, argumentando que el presidente brasileño Jair Bolsonaro no cumplió con los compromisos ambientales asumidos como parte del acuerdo.
Una de las primeras voces en salir a denunciar el problema fue la del jefe de Gobierno irlandés, Leo Varadkar, quien este jueves emitió un comunicado en el que definió como “orwellianas” las declaraciones de Bolsonaro en las que responsabiliza de los incendios a grupos ambientalistas. Varadkar planteó la necesidad de supervisar las acciones ambientales de Brasil e incluso anticipó la posibilidad de bloquear el acuerdo de libre comercio si el país sudamericano no toma medidas inmediatas y concretas para luchar contra los incendios.
Este viernes el presidente francés Emmanuel Macron planteo que su homólogo brasileño “mintió” en relación con sus compromisos medioambientales, por lo que Francia va a oponerse al acuerdo UE-Mercosur. Desde la presidencia francesa se emitió un comunicado que define: “Teniendo en cuenta la actitud de Brasil de las últimas semanas, el presidente de la República constata que el presidente Bolsonaro le mintió en la cumbre (del G20) de Osaka”. “En esas condiciones, Francia se opone al acuerdo Mercosur (con la UE) en el estado actual”, concluye. Este jueves Bolsonaro acusó a Macron de “mentalidad colonialista” por convocar a los miembros del G7 a debatir sobre los incendios en la región amazónica.
También la canciller alemana Ángela Merkel consideró que la situación es “urgente” y avaló su inclusión como tema de debate en la reunión del G7 que se realizará este fin de semana. Su portavoz detalló: “La magnitud de los incendios es preocupante y amenazante no solo para Brasil y otros países afectados, sino también para todo el mundo”.
Por otro lado, Finlandia, que este año detenta la presidentia pro témpore del bloque europeo, propuso medidas de presión directa contra Brasil por su falta de reacción ante la catástrofe ambiental. El ministro de Finanzas finés, Mika Lintilä, planteó la posibilidad de que la Unión Europea evalúe prohibir la compra de carne vacuna desde Brasil, condenando la “destrucción masiva” de la selva amazónica.