La UCA confirmó un gravísimo aumento de la pobreza estructural

Según un reciente informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) la situación económica y social en nuestro país sigue agravándose seriamente, con un aumento del déficit alimentario, del hacinamiento, del desempleo y de la posibilidad de acceso a medicamentos vitales.

El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA propone un análisis de la pobreza no sólo en términos económicos sino a través de un sistema “multidimensional”: “la articulación de una dimensión de bienestar económico (acceso a recursos monetarios que permitan funcionar de manera autónoma en los mercados), junto a otra de derechos sociales (acceso a recursos y funcionamientos socio-económicos mínimos según normas vigentes de inaceptabilidad social)”.

Desde ese punto de vista, el informe destaca un empeoramiento global de la situación de los sectores más vulnerables: “No parece haber habido mejoras significativas y sí un empeoramiento reciente -último tres años- en materia de acceso a la educación, alimentación y salud, y empleo y seguridad social. En 2018, alrededor de 3 de cada 10 personas residían en hogares afectados o estaban directamente privadas en alguna de estas dimensiones de derecho social”.

El informe señala que los “estratos marginales” vienen sufriendo un deterioro sostenido de su situación desde 2014 pero también remarca que esta tendencia se manifestó de manera similar para “hogares del estrato obrero integrado, e incluso aunque en una proporción menor, un deterioro de la situación para sectores medios no profesionales”. Además, el proceso “se intensifica fuertemente a partir de 2016”, provocando “un incremento de las brechas de desigualdad entre sectores medios y bajos”. Este aumento de la pobreza multidimensional se concentró principalmente en el Conurbano Bonaerense, aunque también incidió en otras áreas metropolitanas.

La inseguridad alimentaria severa también creció de un 4,8% en 2015 a 6% en 2018, mientras que en el mismo período el porcentaje de personas que no puede acceder a medicamentos pasó del 16,5% a 21,6%.

Pero, más allá del enfoque multidimensional propuesto, el estudio confirma un incremento de la llamada “pobreza estructural”: “La pobreza multidimensional parece presentar una fuerte correlación estructural entre sus componentes en el caso argentino; ni las privaciones de recursos monetarios de mercado, ni las privaciones en funcionamientos sociales fundados en derechos, resultan fenómenos friccionales o episodios eventuales, sino que parecen estar amalgamados a través de una misma matriz social de exclusión de tipo estructural”.

El texto concluye remarcando que la pobreza estructural afecta de manera casi exclusiva a los estratos más desfavorecidos de la población, llegando durante el año pasado a involucrar al 38% de los hogares del estrato trabajador marginal y al 21% de los hogares de estrato obrero integrado. En el Conurbano Bonaerense, la pobreza estructural afecta al 23% de los hogares y a 1 de cada 4 personas.