Una de las distribuidoras eléctricas del país lanzó el proyecto «Hoja de Ruta de Transición Energética en la Argentina», que busca cuantificar tanto los costos como los beneficios económicos de acelerar la transición energética en todo el territorio nacional.
Esa cantidad de puestos de trabajo se crearán sólo en el sector logístico. Diferentes industrias también se verán beneficiadas por el desarrollo de nuevas tecnologías que servirán para consumir menos energía, un bien escaso por estas horas.
La electrificación y el reemplazo por equipos más eficientes, la descarbonización y el uso de paneles solares, así como la movilidad eléctrica y el hidrógeno están dentro de los temas a ser analizados para alcanzar los objetivos.
Emprender un camino hacia la transición energética «es un gran desafío que requiere inversiones, pero también de políticas públicas que generen incentivos e impulsen el uso de tecnologías más modernas», afirmaron referentes del sector.
En este sentido, proponen llevar adelante políticas que incentiven uno de los pilares de la transición que es la “eficiencia energética”, como el recambio de aparatos de aire acondicionado por aquellos con tecnología inverter, que reducen hasta en un 50% el consumo de energía. «Instalar una estructura de recambio de electrodomésticos produciría un impacto de ahorro de energía y además, solo la logística, podría generar 50.000 empleos», explicaron en tiempos de enorme demanda de energía hoy con los conflictos adicionales generados por la guerra entre Rusia y Ucrania.
De acuerdo a éstas cuestiones «el sector energético es una economía que necesita de capital y planificación» y la crisis en el mercado laboral global también necesita de nuevos proyectos e innovación.
La «Hoja de Ruta de Transición Energética en la Argentina», busca ser un relevamiento que contribuya con recomendaciones de políticas públicas que permitan cumplir la Contribución Nacional Determinada (NDC), fijada por el país para el 2030 y alcanzar la carbono neutralidad en el 2050.
El anuncio se da en medio de un fuerte debate por el costo de las tarifas, los subsidios a la energía, nuestra necesidad de importarla, el contexto internacional y el deteriorado sistema eléctrico, falto de inversión durante años.
Así, la noticia parece ser una luz al final del túnel, en una materia donde todo parece estar por resolverse y las discusiones hacen temblar a las distintas estructuras políticas que no terminan de «encontrar» la forma de administrar la energía, su distribución y sus costos, brindando a los usuarios un buen servicio por un precio razonable.