Según un informe presentado por la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la producción industrial de las pequeñas y medianas empresas (PyME) cayó en enero un 8,8% en términos interanuales. Ya se acumulan nueve meses consecutivos de retroceso en un sector que está trabajando al 52,9% de su capacidad instalada.
Comparando con diciembre, que ya fue un muy mal mes, la caída de la producción fue del 4,7%. Los rubros más perjudicados fueron los de material de transporte, productos de madera y muebles, y calzado y marroquinería. También hubo fuertes caídas en la producción de eléctrico-mecánicos, informática y manufacturas varias, minerales no metálicos y artículos de caucho y plástico.
La mayoría de las PyMEs coinciden en que los factores más relevantes en el derrumbe tienen que ver con la fuerte caída de las ventas en el mercado interno, debido al derrumbe del poder adquisitivo de los salarios, y con el impacto que implicó la apertura indiscriminada de las importaciones en un contexto en que tampoco pudieron compensar el impacto con una fuerte salida hacia el mercado externo.
Desde el inicio del gobierno de Cambiemos son miles las PyMEs que han bajado sus persianas, lo que, considerando que son las principales generadoras de empleo en el país, implica un fuertísimo impacto a nivel laboral, que se viene reflejando en un constante aumento de los índices de desempleo.