La producción local de vacunas, una apuesta triple: mejor salud, reactivación económica y generación de empleo

El proceso que se realiza en el laboratorio Richmond en el partido de Malvinas Argentinas se mantuvo en absoluto secreto hasta que se confirmó que Argentina integra el selecto grupo de países donde se produce la vacuna contra el coronavirus, a partir de la iniciativa del laboratorio nacional que terminará la Vacuna Sputnik en forma local.

Las autoridades estaban al tanto de los avances que posibilitaron que 21.176 fueran enviadas a Rusia hace algunas semanas para ser evaluadas en el Instituto Gamaleya, como paso previo a la producción en gran escala que podría iniciar en el mes de junio.

Hasta allí llegó Marcelo Figueiras, presidente de Laboratorios Richmond, con un equipo de colaboradores que participarán de las pruebas y los mecanismos de producción que planean poner en marcha a la mayor brevedad posible y que significarán una gran contribución sanitaria en plena pandemia de Coronavirus, pero además, serán un fuerte impulso para la industria nacional y el anticipo de trescientos nuevos puestos de empleo -directos e indirectos-, pues se construirá una nueva planta productora para una fabricación masiva a partir del 2022.

Pero esto no es todo. Hay permanentes negociaciones de Estado y con laboratorios para ampliar esa producción. De hecho, el gobierno argentino y el de China llegaron a un acuerdo para la producción local de la vacuna Sinopharm contra el coronavirus. Así lo confirmó el embajador de ese país tras una reunión con la ministra de Salud Carla Vizzotti.

 

El Embajador, Zou Xiaoli afirmó que se alcanzaron acuerdos para la producción de las vacunas de Sinopharm en Argentina. De ese modo, ya varios laboratorios del país con capacidad de fabricar y fraccionar/envasar las dosis están en la lista de los posibles candidatos.

Las negociaciones son paralelas y múltiples. Es objetivo del Gobierno tener amplia variedad y oferta de vacunas a futuro, dado que el Coronavirus -en coincidencia de todos los expertos, vino para quedarse-. Con lo cual hay gran expectativa de los acuerdos que puedan lograrse.

Un punto y aparte merece la negociación con Pfizer, trabada durante varios meses y que podría volver a ponerse en camino por éstos días, entregando las dosis acordadas en el contrato que se firmó a fines del año pasado. Negociaciones donde hubo muchas especulaciones sobre «pedidos de soberanía», «manos negras» y «necesidad de un socio local», cuestión sobre la cual todavía se piden explicaciones al ya renunciado ex ministro de Salud, Ginés González García.