En cuanto al déficit de alimentación el informe señala también un aumento: escaló de de 8,7% a 9,6%. Esto habla de una alimentación a base de hidratos, con pocas proteínas ni vitaminas.
Esto se suma a viviendas muy precarias construidas en madera, chapa, nylons que además no cuentan con servicios básicos como agua o cloacas. En cuanto a la Salud y la Educación, un 23% tienen problemas para acceder a la salud, y un 19% presentan impedimentos para ir a la escuela.
Estos datos dan cuenta de una realidad apremiante, especialmente en un contexto de inflación y de estancamiento económico que empeora las cosas. Los porcentajes hablan de una responsabilidad compartida por gobiernos que durante años no han sabido o podido afrontar esta prioridad que atenta contra lo más sagrado que tenemos: los niños y dejan a la vista que al momento, no existen políticas públicas que puedan revertir este flagelo.