La OIT advierte que Argentina podría sumar 340 mil nuevos desempleados por el COVID19

Mujeres, trabajadores informales y monotributistas, entre otros, enfrentan los mayores riesgos de perder su empleo y de sufrir el deterioro en la calidad de sus condiciones laborales. Así lo sostiene una nueva publicación de la Organización Internacional del Trabajo en nuestro país.

Al igual que en todo el mundo, la crisis provocada por la pandemia tendrá un fuerte impacto en el mercado de trabajo de Argentina. La cantidad y la calidad de los empleos se encuentran amenazadas, con consecuencias más significativas para los trabajadores que están en una situación de mayor vulnerabilidad.

De acuerdo con este informe, los grupos más afectados por la crisis son las mujeres, los trabajadores informales –y en particular quienes se ocupan en actividades que no pueden realizarse de manera remota, como las trabajadoras domésticas–, los trabajadores independientes, los monotributistas y los trabajadores de plataformas –con modalidades de empleo que no ofrecen ningún tipo de protección social: de salud, previsional, desempleo.

Aunque aún se desconoce en todo el mundo, la magnitud de la crisis, se prevé una caída significativa del PIB durante 2020, estimada entre -2 y -3,8%. De confirmarse el escenario más extremo, el número de desocupados en el país podría sumar 340.000 personas.

Los trabajadores informales en general se verán especialmente afectados por las consecuencias del COVID-19, ya que normalmente se desempeñan en ocupaciones incompatibles con el trabajo a distancia. “Es importante tener presente que éste grupo, además de verse especialmente afectado por la crisis, no cuenta con los mecanismos de protección que le permiten disponer de un ingreso durante el tiempo que no puedan realizar su actividad”, aseguran los especialistas de la OIT Argentina, refiriéndose por ejemplo a un REPRO.

Los trabajadores independientes, monotributistas y/o trabajadores de plataformas también se cuentan entre los más vulnerables. En general, “no están cubiertos por un seguro de desempleo u otras protecciones esenciales, como la cobertura por enfermedad profesional que les otorgaría un ingreso durante el periodo que no pueden trabajar”.

La crisis también afecta de manera directa a la construcción y la industria y, en especial, a las micro empresas y las PyMEs. “Gran parte de la población ocupada en Argentina trabaja en ellas o por cuenta propia”, señalan Christoph Ernst, Elva López Mourelo, autores del trabajo, quienes al mismo tiempo «sostienen que en las unidades con menos de cinco empleados, 7 de cada 10 personas trabajan en la informalidad».

El extenso y detallado informe de 35 páginas también analiza políticas y acciones diversas frente a la crisis. Para la OIT Argentina, la respuesta a esta crisis debe ser integral, articulada y monitoreada entre los ministerios, con el compromiso compartido de gobiernos, empleadores y sindicatos, en un proceso activo de diálogo social. De ese modo se evitarán consecuencias, aún más graves de cara a los próximos meses y años.

Argentina no será ajena a lo que pase a nivel global. El COVID-19 destruirá el equivalente a 14 millones de empleos en Sudamérica y el Caribe donde la tasa de informalidad es de 53%.

La región registra pérdidas enormes en horas de trabajo que se reflejan en una caída de la cantidad de empleo. La pandemia afecta en forma especial a sectores que generan gran cantidad de puestos laborales en la región, -cerca de un 50%- como son comercio y servicios.

En todo el mundo, la pérdida de horas de trabajo fue de 6,7%, el equivalente a 195 millones de trabajadores a tiempo completo en el segundo trimestre de 2020. El documento de la OIT habla de la peor crisis laboral desde la II Guerra Mundial. Una ironía también para la centenaria Organización Internacional del Trabajo, que apenas cumplido el centenario de su nacimiento, analiza uno de los peores escenarios desde su creación.