Mientras la Legislatura porteña aprobó con muy escaso margen la reforma del estatuto docente, la protesta de diversos gremios docentes frente a la sede legislativa de la Ciudad era reprimida con gas pimienta por la Policía local. La polémica reforma, rechazada por la mayoría de los sindicatos del sector, fue celebrada por la ministra de Educación de la Ciudad Soledad Acuña.
La votación fue de 32 votos a favor y 27 en contra, sin abstenciones, lo que da cuenta de un muy escaso margen a favor de un proyecto que no cuenta con consenso en la comunidad educativa y se prevé que genere distintas medidas de resistencia. Pese a esta evidencia, la titular de la cartera educativa del Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, manifestó: “La transformación educativa que impulsamos para jerarquizar la tarea docente ya es ley en la Ciudad: este jueves la Legislatura porteña aprobó la reforma del Estatuto Docente y así dimos un gran paso en este proyecto para el que trabajamos durante más de cinco años”.
En el mismo sentido, Acuña insistió: “Hoy la Ciudad se transformó en la primera jurisdicción de Argentina en implementar la carrera horizontal. Con un estatuto que acompaña a los docentes durante toda su carrera profesional apoyando la innovación y la capacitación permanente. Este camino no termina acá, es un hito dentro del proceso de fortalecimiento de la carrera docente que vamos a continuar en la Ciudad”.
El nuevo estatuto crea tres nuevos cargos que se asignarán por concurso (en base a los puntajes docentes): para jardín habrá un “maestro especialista” encargado de orientar y acompañar a los estudiantes de la formación docente inicial que estén realizando sus prácticas; en primaria, se sumará el “maestro coordinador de trayectorias escolares” y en secundaria el “preceptor tutor”.
El principal punto cuestionado por los gremios pasa por la titularización de cargos, ya que según sindicatos como Ute y Ademys (que ya anticiparon medidas de fuerza) la iniciativa sólo contempla el pase a planta permanente de 5 mil profesores de secundaria, mientras que los maestros que deberían titularizar son más del doble, en todos los niveles.
Estas críticas al proyecto fueron llevada por los gremios frente a la Legislatura, instancia en la que la Policía porteña buscó desactivar la protesta rociando a los docentes con gas pimienta, lo que fue denunciado inmediatamente en redes sociales por los manifestantes, cuestionando la ficción del discurso oficial que habla de la importancia del “consenso”.