En un año en el que la inflación núcleo fue de 47,6%, según el INDEC, el segmento mayorista experimentó un incremento de 73,5%. La brecha de más de 25% se debe a la influencia de los rubros con fuerte componente de importados y del petróleo crudo, los cuales fueron directamente afectados por la devaluación del peso.
Así se observa en los datos del Índice de precios internos al por mayor (IPIM) relevado por el INDEC, que cerró diciembre con una suba del 1,3%; y en el acumulado del ejercicio fue la más alta desde 2002, año en el que cerró con el 77,1%.
Otro dato que brindó el organismo son los precios de los insumos básicos de la construcción, incluido el costo laboral: el nivel general subió 3,3% en diciembre y acumuló en 2018 un incremento de 44,8%, la más alta desde hace 27 años -la salida de la hiperinflación de 1989/90-.
El mal año para la construcción se empezó a confirmar con datos oficiales, luego de que el Indec informara un desplome de la actividad en el rubro por 15,9%, la más alta desde octubre de 2016.
El fuerte impulso en el índice general del ICC de 44,8% a lo largo del año estuvo dada casi en su totalidad por la fuerte remarcación en materiales de construcción. El salto en costos de materiales por 61,6% superó ampliamente al de los otros dos rubros que componen el índice general, mano de obra 35,1% y gastos generales 40,3 por ciento.
De cara a 2019, las proyecciones para el sector no son mejores, ya que se espera una continuación de la tendencia observada en la mayor parte de 2018: desaceleración en la cantidad de créditos hipotecarios otorgados y menor aporte en materia de obra pública.