En los últimos tiempos, la industria del pochoclo, que fue líder mundial tras un desarrollo de décadas, entró en una crisis severa, con proyecciones de caída de la producción del treinta al cuarenta por ciento. La explicaciones contienen varias vertientes.
En primer lugar, el producto que se utiliza para el pochoclo, el maíz pisingallo, contó con un incremento importante de retenciones. En épocas del kirchnerismo era del 5%, con Cambiemos pasó a 0% en 2016 pero la necesidad del Estado de recaudar en medio de la crisis económica llevó al Gobierno a instaurar derechos de exportación del 10% en el último año. Así, por cada tonelada de 500 dólares FOB, 50 terminan en el Estado.
También bajaron los reintegros a las exportaciones, del 3,4% a 1%. Lo que llevó a las empresas productoras a perder competitividad y observar como Brasil comenzó a tener mejores precios y ganar mercados que antes eran solo de Argentina.
Carlos Uranga, presidente de la Cámara de Procesadores y Exportadores de Maíz Pisingallo (CAMPI), graficó el panorama en el que intervienen aspectos como complicaciones en la materia prima y las sequías: «En los últimos dos o tres años hemos venido bajando la participación en el mercado internacional, del 65%, hoy estamos en niveles del 40%, por el espacio ganado por el ‘popcorn’ de Estados Unidos y Brasil», y explicó: «Esto se da porque hemos perdido competitividad debido a mayores costos internos, por dificultades para originar materia prima, y también sufrimos parte de la sequía».
Hay costos elevados por temas aduaneros, SENASA y la certificación de la calidad -trazabilidad-, y las compañías reclamaron que el financiamiento de los saldos de IVA es desproporcional para este tipo de empresas, que en su mayoría son pymes. Por si fuera poco, los impuestos indirectos contenidos tanto en la etapa primaria de producción como en la fase industrial hasta su exportación van del 4,58% a 4,91%, dependiendo de las distintas tecnologías aplicadas en la producción primaria.
En este sentido, Uranga advierte que «el tratamiento a las exportaciones de maíz común y maíz pisingallo en cuanto a retenciones y reintegros no brinda ningún incentivo para que el productor siembre pisingallo». No se puede soslayar que las exportaciones son la base de la producción: según el SENASA, Argentina exporta casi todo lo que produce, un 97%, destinando solo 3% al mercado interno.