El 2018 quedará en la historia como un año trágico para la industria nacional. Bajaron sus persianas históricas plantas de Alpargatas, Acindar o Paquetá, entre otras muchas, se perdieron miles de puestos de trabajo y se multiplican las suspensiones. Y para el próximo año no se ve un escenario de recuperación, más allá de las promesas de reactivación del oficialismo.
Durante la gestión de Mauricio Macri se perdieron 107.993 puestos de trabajo en la industria, con unos pocos sectores (como el de la producción de software) que registraron algún crecimiento. Según un informe del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (OEDE), en el segundo trimestre de 2018 los sectores de mano de obra intensiva fueron los que más empleos perdieron.
En ese período, la industria del cuero y el calzado perdió un 14,6% en términos de empleo, dejando desempleados a 5.415 trabajadores; confecciones retrocedió 6,9%, con 3.040 puestos menos; edición cayó un 6,6%, con 2.728 despidos, el sector textil se desplomó un 4,2% dejando sin trabajo a 2.704 personas y la industria química tuvo una baja de 2,2% y 2.400 empleos menos.
El Ministerio de Producción y Trabajo confirmó que en septiembre la industria manufacturera registró 40.045 trabajadores formales menos que en el mismo mes del año anterior (-3,37%) y 66.455 menos que en septiembre de 2016 (-5,5%).
Alpargatas es uno de los ejemplos más claros de la recesión industrial, directamente afectada por la apertura indiscriminada de las importaciones, el aumento de los costos locales y el retroceso de las ventas en el mercado interno por la pérdida del poder adquisitivo del salario, registrándose despido en sus plantas de Catamarca, La Pampa, Tucumán y Florencio Varela, con lo que pasó de emplear a 3700 trabajadores a menos de la mitad (1600).
En el sector calzados la crisis se reflejó en el cierre de empresas como Extreme Gear, Gaelle, Calzados Paquetá y Dass. Alberto Sellaro, presidente de la Cámara de la Industria del Calzado, detalla: “Perdimos 11.700 puestos de trabajo en los últimos tres años. A fines del 2015, producíamos 125 millones de pares y teníamos un ingreso de 21 millones de pares importados. En 2016, entraron 27,4 millones de pares, en 2017 pasó a 33,9 millones y este año orilla los 35 millones de pares importados. Este año, apenas llegamos a producir 93 millones de pares, más de 30 millones de pares menos que hace tres años”.
En la industria automotriz, por su parte, además del cierre de autopartistas como Metalúrgica Tandil de Renault, se registraron miles de despidos y suspensiones en decenas de plantas, entre las que se cuentan Motomel, Metalkrom y Finning Cat. En otros rubros industriales, se registraron despidos en los ingenios Ledesma, La Esperanza y San Isidro; lo mismo que en Siam, Acindar, Alco Canale, Freddo, Molino Cañuelas, Flecha Bus, Bunge, Longvie y decenas de otras fábricas.
La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) fue uno de sectores más afectados, con una pérdida de casi 35 mil puestos de trabajo en la industria metalúrgica a nivel nacional. El Secretario General de UOM Rosario, Antonio Donello, explicó: “Cerraron entre 10 y 12 empresas en Rosario y Gran Rosario, sólo este año perdimos 1.500 trabajadores y tenemos 4.500 compañeros en riesgo por crisis y suspensiones. La mayoría son Pymes que hacían trabajos para terceros. El costo de la energía, los servicios y la caída de la producción son consecuencias de esta política que nos perjudicó mucho”.
El gremialista añadió que hoy están en peligro por lo menos otros dos mil puestos de trabajo y lo peor es que no se ven “señales” a futuro: “El año que viene empezamos igual o peor. No vemos señales que marquen que esto pueda llegar a cambiar. Fue uno de los peores años, muy parecido al 2001. Mientras que el trabajador no vuelva a recuperar el poder adquisitivo y se reactive el mercado interno los argentinos la vamos a pasar mal. A nivel nacional, este año perdimos 20.000 puestos”.
