Los dirigentes de la mesa chica de la CGT visitaron al presidente, Alberto Fernández, en la Quinta de Olivos. El motivo del encuentro fue el planteo de un aumento del aporte del trabajador y del empleador a las obras sociales, debido a la crítica situación que atraviesan.
El mismo ministro de Salud, Ginés Gonzalez García ha dicho en las últimas horas que algunas obras sociales sindicales son “inviables”, concepto que ya había anticipado Eugenio Zanarini, el titular de la Secretaría de Servicios de Salud en este medio.
Los porcentajes de los que hablan el Gobierno y la central obrera, para compensar la caída de ingresos al sistema de obras sociales que vienen sufriendo una fuerte desfinanciación desde el 2019 pero que ha agravado la pandemia, es elevar del 3% al 4% los aportes de cada trabajador que se descuentan del sueldo bruto y del 6% al 7% los del empleador.
En un día muy difícil para el presidente, luego de haber logrado finalmente desactivar el conflicto con la policía, el presidente, sin mucho detalle estuvo de acuerdo en la necesidad de “reconfigurar el sistema de obras sociales”, que hoy en muchos casos están financiando los sindicatos.
Entre los puntos que podría incluir esta reforma figura el aumento de la cápita del monotributo social, la instauración de una canasta de prestaciones acorde con los ingresos y la creación de una Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, entre otras.
El tema más escabroso resulta si el Estado se hará cargo de aquellos tratamientos demasiado costosos, como el de la atrofia muscular, reconocido por el mismo Ginés como totalmente inaccesibles para las obras sociales sindicales por tener un costo de unos 300 mil dólares.
Durante más de tres horas que duró el almuerzo, se «masticaron» los principales temas que aquejan al ámbito laboral y los dirigentes sindicales resultaron satisfechos aunque no tuvieron su foto con el presidente como sí la tuvo Hugo Moyano aquel domingo de la polémica –por la falta de distanciamiento y barbijo-.
Estuvieron presentes, Héctor Daer y Carlos Acuña, los co titulares de organización, y los dirigentes Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, José Luis Lingeri y Antonio Caló. También estuvieron, del lado del Gobierno, el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, de muy buena relación con los principales referentes de la calle Azopardo, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, y el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello.
De allí se llevaron también el compromiso oficial de que serán invitados a participar de la reunión de gabinete socioeconómico, -reclamo que había hecho saber en off-, cuestión que permite tener aceitado un canal de diálogo.