La central obrera analiza una movilización para decirle basta a los empresarios y la suba de precios

El Consejo directivo de la Confederación General del Trabajo (CGT) mantiene distintas conversaciones en vistas de dar una muestra de freno contra los que considera responsables de una “exagerada” suba de precios que podría plasmarse en una movilización a la Sociedad Rural o a la sede de la Unión Industrial Argentina.

La reunión del Consejo está prevista para la semana próxima y de esa mesa puede surgir «una acción de protesta» por la aceleración imparable de los precios, particularmente de los alimentos.

Si bien la central obrera mantiene una «buena» relación con la dirigencia de la UIA, sostienen que llegó el momento de «marcar diferencias en la puja distributiva». La idea incluye también el apoyo al presidente Fernández en esta “guerra” contra la inflación, una batalla que lleva varios meses sin resultados. De hecho, en algunos sectores de los más duros del sindicalismo, no descartan un paro con el mismo objetivo.

Las críticas del sector encolumnado detrás del moyanismo, son directas hacia los funcionarios del ejecutivo y les reclaman mayor dureza para enfrentarse “con quienes representan intereses distintos”, refiriéndose a los empresarios y a su “voracidad” de ganancias. Pero son conscientes de que esto va en contra de la unidad necesaria para volver a ganar en el 2023 y de que el verdadero enemigo es la derecha.

En síntesis, más allá de la advertencia a los empresarios y del apoyo a Alberto Fernández, sobre todo, dentro del Frente, los principales dirigentes de Azopardo, piden acciones al Gobierno, cuya pelea interna lo tiene “paralizado” y con “falta de gestión”. Le reclaman concretas políticas de Estado que debe llevar adelante el equipo económico, porque “la CGT no tiene el poder de controlar los precios a los empresarios que incumplen acuerdos».