A pocos días de un nuevo pago de salarios y del adicional que significa el Salario Anual Complementario, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) anticipó que «no hay buenas noticias» y que el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio generó un «escenario económico extremadamente complejo” donde «el riesgo no son los despidos, sino el cierre de empresas».
A la caída de las ventas, que en algunos casos llega hasta el 80%, particularmente en aquellas empresas que no pudieron trabajar o producir normalmente, ahora se le suma la preocupación por el pago de aguinaldos, lo que genera una situación «muy angustiante” pese a la ayuda del Gobierno que según dijeron «no resulta suficiente».
Mientras tanto, los empresarios que integran la confederación, insisten en la necesidad de la apertura del aislamiento, más allá de los indicadores sanitarios, cuestión desoída al momento por los tres niveles de Gobierno, que en tándem, confirmaron una nueva etapa de cuarentena con características similares a la anterior y con algunas retracciones, sobre todo en la zona del AMBA donde se concentra el 54% de la producción del país.
Lo cierto es que, por el efecto cuarentena el consumo en abril cayó 22%. La cifra está en línea con estimaciones de consultoras que advierten que la actividad económica ese mes retrocederá más del 20%, con lo cual la apertura tampoco garantizaría el despegue de PyMes y comercios, pese a la ansiedad de sus propietarios.
Algo similar a lo que explicaba el presidente Alberto Fernández, la culpa de la crisis del Comercio y las Pymes es la misma pandemia pues aquellos que abren “venden sólo un 30%” producto de la retracción económica que produce la situación de incertidumbre por la que atravesamos.
Pero desde la CAME apuntan directamente al peligro de quiebras. El presidente de la entidad, Gerardo Díaz Beltrán aseguró que «si no tenemos dinero para funcionar, menos para pagar indemnizaciones». En paralelo, el Gobierno acaba de prorrogar hasta el 31 de julio la prohibición de los despidos.
Ante este panorama, Beltrán dijo «necesitar un rescate financiero que permita la supervivencia de las pymes, que movilizan el 70% del empleo privado, hasta que el mercado responda y podamos devolver los préstamos, sin pagar intereses que superen la rentabilidad de las empresas.
Por último puso el foco en que «si se tiene en cuenta que las pequeñas y medianas empresas tienen un acumulado de deudas con proveedores, AFIP, alquileres, expensas y bancos, que aumentó de manera exponencial con el aislamiento preventivo y obligatorio, resulta vital la aplicación de medidas que lleguen con celeridad, con especial atención en este sector productivo».